Se fue del Patronato de Doñana el depuesto Ginés Morata, Premio Príncipe de Asturias, para dejar su sitio al ex–presidente González, y se fue con elegancia, sin disparar más que lo preciso. Diciendo, por ejemplo, que espera “que su cese no se deba a su oposición al oleoducto” pero que, en todo caso, se le pregunte a la consejera del ramo, la calañesa Castillo, cuáles fueron las razones del cese. ¡Estos sabios es que no se enteran, las criaturas! Que espere unos meses y ya verán como su sucesor le allana el camino al “empresario amigo” y el petróleo acaba trasegado frente a nuestra joya ecológica. Que es de lo que se trata.