Insistimos: en El Egido el PSOE se opone a aceptar la propuesta desesperada de la oposición de formar un gobierno contando con los imprescindibles ediles del PAL, aunque sea para salvar al pueblo de su paralización absoluta, pero en la capital, en Almería, gana una tras otra las votaciones que le permiten conservar la pingüe Diputación en sus manos, apoyándose en el voto de los PAL. ¿Por qué son sospechosos o indeseables esos ediles en el pueblo y no en la capital? Como el presunto pacto alcanzado por el alcalde preso y la jueza instructora se desate, quizá veamos más claro en este asunto.