Genial la inconsistencia de la proclama republicana de los ediles del PSOE en Humilladero, que han dado marcha atrás en cuanto el jefe de la fila ha soplado con fuerza el silbato. Pero no hay que engañarse porque es manifestación, que puede pacer excéntrica e insignificante, es sin duda un paso más en el guión de la rebeldía constitucional trazado por cuatro minoritarios sin el menor relieve, pero obviamente envalentonados por el clima de insumisión propiciado desde el propio Poder. Les guste o no que se diga, la guerra de las banderas es inseparable de la ofensiva antimonárquica, y una y otra remiten a la permisividad de un Gobierno débil pero que ha hecho del radicalismo una coartada estratégica. Van a conseguir devolvernos 30 años atrás sólo porque casi todas esas fuerzas carecen de auténticos programas de futuro. Los concejales del PSOE dando marcha atrás son una anécdota. La desmoralización progresiva de la nación, en cambio, no es ninguna broma.