Ha hablado alto y claro el director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo, que lleva más tiempo que nadie vinculado al laberinto marismeño. De la “torpeza de las personas que tienen que ver con la dirección en todos los niveles, estatal, autonómico y municipal, así como de los cargos administrativos”, de “polémicas absurdas” generadas por ellos, y de iniciativas sin sentido como la creación del transporte público por la playa o el deslinde de ésta realizado unilateralmente por el Ministerio, de “cultivos ilegales” tolerados por los alcaldes y hasta de despilfarro en las inversiones. Igual le quedan dos telediarios, como a Morata en su día, pero no se podrá decir que se ha mordido la lengua.