Alguien ha dicho que la crisis no afectará a los ricos en sus madrigueras de los paraísos fiscales. Es más, acabamos de enterarnos que, tras la amenaza de gravar a los ricos, han huido 30.000 millones al extranjero en pocos días. En el periódico suizo Bilan escucho a un “emprededor” francés declarar que ahorra una fortuna pagando sus impuestos en Suiza y en el francés Marianne me entero de que el equipo nacional de tenis en peso –Tsonga, Monfils, Gasquet, Mathieu y Benneteau—se ha nacionalizado suizo atraído por las ventajas fiscales que el país vecino les ofrece. Como aquí la Sánchez-Vicario, en su día, o como dicen que todo el que se precie hoy por hoy de no ser un pringao: promotores, políticos, futbolistas, toreros, actores, todo biempagao del Sistema tendría sus ahorros a buen recaudo y lejos de la garra fiscal, no sólo en esa meca del secreto bancario sino en cualquiera de los paraísos fiscales que inundan el planeta. Se trataría de aguardar a que pase el meteoro y reanudar luego la vida normal sin perder por ello el lustre de ciudadano de pro, y hay que advertir que en ello no cabe diferenciar entre partidarios políticos, pues de todos los partidos hay exiliados fiscales en esa viña del señor, como se probó en su momento la descubrirse que el responsable de finanzas filesias del PSOE poseía una cuenta secreta en cierta isla exenta. El dinero no tiene color, pero la fiscalidad, evidentemente, sí lo tiene.
En su fase actual de desarrollo el capitalismo ha puesto a punto como un reloj su propio sistema antifiscal, siempre desde la premisa de que más vale que muchos paguen al límite que desanimar al capital de los menos gravándolo con cargas proporcionadas. En la práctica hoy no se concibe el funcionamiento del sistema financiero sin contar con el poderoso montaje subrepticio (pero todavía legal) que garantiza la paz plutocrática permitiendo a los que más ganan evadir sus impuestos, contando siempre con que la carga será soportada por los que ganan menos. Y ello hasta el punto de que los Gobiernos –el nuestro, desde luego—no tengan reparo en reconocer que actuar contra ese diseño implica un insoportable riesgo de descapitalización y, en definitiva, una debacle. Hoy no es nadie quien no disponga de cuentas secretas y expertos burladores de tributos, hasta el punto que ilustraría la imagen de esos tenistas homenajeados con La Marsellesa en caso de triunfo mientras defraudan al erario de su país. En esta crisis el gran dinero ha contado con ello para resistir sus embates. En la próxima, si llegamos a ella, puede que ya no tenga ni que disimular.
A esto no le añado ni una coma maestro.
Buenos días desde Viladecans. Día algo nublado y grisáceo.
Releo lo de ayer y es para verlo el espectáculo de los acomplejados que prefieren la lengua minúsucla al bilingüismo. Los ataques de ayer a la sensata y culta columna fueron elocuentes: cabezas de ratón parlantes. Y luego comparen: «No la toque ya más que así es la rosa»; con «Al pie de la Font de Gat/ una noia una noia e un soldat». Me rindo a la belleza pero me rebelo ante la estupidez.
Eso es así don J.A. Y es que a fuerza de avisar, el Gobierno, que va a por los «más ricos» cuando llegue el momento van a tener que bajar el listón y nombrar «más ricos» a las fortunillas de medio pelo. Los ya célebres 0,000999 «mas ricos» ya han debido mandar que les saquen de aquí, legalmente y en tranquila huida, a los que están para eso . ¡Pues anda que no hay maneras de hacerlo!. En consecuencia sigan preparandose para remediar el «deficit» los que están obligados a que su dinero venga del ahorro y del trabajo y los que esten defendiendo una PYME trasparente por necesidad . Fijense en que los que no tenían defensa ya han sido vaciados o congelados por un voto.
Me pregunto: ¿qué abuso perjudica más a la sociedad, si un número relativamente reducido de particulares y empresas eludiendo impuestos vía refugio fiscal o un amplísimo -casi universal- conjunto de población que, en cuanto puede, escabulle el iva en sus pequeñas facturas cotidianas?
Sdos.
En nuestra antigüedad el dinero había que sacarlo en carretas, pues no era otra cosa que moneda metálica. Hoy sin embargo, convertido en espíritu (pura creencia), se traslada alegremente a través de internet, que vehicula con rapidez nuestra fe económica y la pone al servicio de los dueños del mercado.
Sobre la hipocresía de los ricos, a nivel de naciones en este caso, se ha manifestado recientemente Daniel Cohn-Bendit, el joven rebelde de Mayo del 68: http://www.youtube.com/watch?v=nqno8H-mjeY
Gracias, una vez más, por esta columna.
Saludos
Créame, don Rafa, que no sé si es que le priva la paradoja o que la tiene usted de cemento. ¿Sabe cuántos (IVIllas defraudados ha´rian falta para emular la fuga de los grandes capitales? Hombre, no haga demagogia, porque encima me figuro que no está usted entre los privilegiados que guardan su tesoro en lasislas afortunadas (con minúscula).
Lo que pretendía decir, don RAP, es que -como norma general- soy de la opinión de que cada cual defrauda cuanto puede y cuando puede. Acierta usted con mi adscripción al grupo de los no ricos, aunque no por ello dejo de considerarme privilegiado.
Por lo demás, asumo la escora demagógica pero no la tengo de cemento.
Saludos.
Precioso. Como lo ya dicho no admite ni un perejil, se entabla un dialoguillo entre contertulios. De verdad, esto es lo mejor de estos rincones llamados blogs, bitácoras o como gusten.
Estoy con don RAP en cuanto a que los IVillas del fonta o del pintor no son ni el chocolatito del loro al que no le gusta el chocolate comparado con. Un zuponé: servidor ha hecho unas modestas obras de rehabilitación muy precisas en la vivienda bajo cuyo techo vivo. Pido un permiso al concejo que ya me cobra una pastizara. Luego las facturas totales son entre un 40 y un 50 % de lo que en realidad se ha hecho.
Si por los artistas fuera, no hubieran existido facturas. Pero si tengo algo que reclamarles ¿a qué papelín recurro? Por lo que a regañadientes se han extendido esas facturas con IVA. ¿De qué cantidades estamos hablando? Con eso no tiene un rico defraudador ni para agacharse a recogerlo del suelo si se le cae.
¿Saben que es lo más gracioso? Que todos los artistas sin excepción pensaron que yo era un pringao por darle un solo euro a la Bestia.
¿Dónde paga sus impuestos Fernando Alonso?
No connfiaría en un amigo que no me diga sus verdades, cuando lo considere oportuno.
«Y es que en la corte, el más adulador es el más traidor».
Pues a mí lo que me edifica es contemplar la paciencia de jagm, su capacidad de aguantar, no las críticas, que de eso pasamos la mayoría, sino los insultos, las esquirlas del odio y la envidia, sin mover un músculo. Tiene agallas, el tío, y tiene capacidad de aguante. Yo no lo hubiera soportado y, lo más senicllamente posible, hubiera mandado borrar del blog las intervenciones malévolas. A él le honra su indiferencia. Lo de antier creo que fue con lo de la lengua, era para comer cerillas: una panda (¿o uno solo con heterónimos? se pasaron el día atronando el Casino con sus bufonadas localistas. Y JA impertérrito. Ole.
No sea Ud. ridículo.
¡Acaso cree que nuestro amigo JaGM necesita cortesanos.
El anterior escrito ha entrado sin identificacíón.
Disculpa.