Confirmado lo que estaba oculto y este periódico sacó a la luz: que lo único que de verdad plañera la Junta es minimizar Astilleros en Huelva para potenciarlos en Sevilla con la ayuda del ubicuo inversor del ‘régimen’ que patrocina también el oleoducto. ¡Todo el poder para el soviet! Los trabajadores de esa industria en peligro, tantas veces engañados, deben reflexionar sobre quiénes están a su lado y quiénes maquinan en su perjuicio, porque tener las cosas claras es el principio obligado de toda solución. El Mundo, por ejemplo, los ha apoyado siempre. Otros –Mario Jiménez, la Junta, etc.—los han venido trajinando pensando sólo en sí mismos.