La clase dirigente
Poco ha durado la aventura de “Andaluces levantaos”. O quizá fuera mejor decir que los levantiscos se han levantado más bien poco, lo justo y ni un milímetro más, el tiempo de posar varias veces ante la curiosidad (¿) pública y darle oxígeno a los torturados ponentes del texto estatutario para que no se asfixiaran…