No hay debate autonómico tampoco en esta ocasión por la sencilla razón de que quien organiza la campaña actúa desde el Poder como juez y parte y al Poder no le interesa ni por asomo que se discuta en público sobre lo que ha hecho y lo que ha dejado de hacer. El propio debate “a cuatro” resulta tan impropio que nadie lo critica más que los que van a tomar parte en él, primero porque Canal Sur no es ni fue nunca un ‘medio’ independiente sino partidista, y luego porque, de hecho, a la centeno es probable que le interese gran cosa lo que tengan que decir un candidato, como Valderas, que ha perdido ya dos elecciones en su propia circunscripción y otro, como Álvarez, al que la prospectiva da por liquidado a partir del 9-M. Hemos oído gritos y susurros, tonterías a granel y descalificaciones intrascendentes por lo repetidas. Lo que nadie nos ha explicado es por qué seguimos en la cola de España, ni nos lo van a explicar.