En un valeroso e iluminador artículo acaba de decir André Glucksmann que, frente al “gran desafío del siglo XX”, el presidente Bush se ha convertido en “el perfecto chivo expiatorio”. También ha valorado el hecho de que el antiamericanismo crece en los EEUU o en Europa a la par que la opinión beligerante: más de la mitad de los ciudadanos de ambos países apoyan una intervención armada en Irán en el caso de que fallen las negociaciones actualmente en curso para evitar que el país de los ayatollás se convierta en potencia atómica. Junto a la insistente propaganda del pacifismo islamista, y en plena discusión sobre la retirada de cartel del “Idomeneo” de Mozart, el profesor francés Robert Redeker ha debido refugiarse en la clandestinidad bajo la presión de las amenazas recibidas por sus críticas a la violencia explícita del islam, con el consiguiente escándalo de una sociedad que no entiende por qué ha de doblegarse toda una civilización ante las exigencias dogmáticas de otra. También Antonio Elorza acaba de insistir en la falsedad que supone insistir en que la ‘yihad’ no es un mandato de guerra si no es en la perspectiva “pervertida” de los fundamentalistas, puesto que lo que dice el Corán o los hadices está ahí y puede leerlo cualquiera. Algunos bucos y muchos tópicos. En Internet encuentro la opinión de un físico islámico, el catedrático Haim Harari, director de un importante Instituto de investigación, proponiendo la tesis de que el problema terrorista internacional es propiamente una “tercera guerra mundial no declarada”, tanto por su alcance territorial como por sus eventuales efectos, una guerra camicace y, en consecuencia, imprevisible, en la que, curiosamente, jamás se ha inmolado un imán, un político o un potentado. Ya está bien de repetir lo de la pobreza como causa del fanatismo suicida: ahí está el África hambrienta arrastrándose ante nuestros fielatos pero sin tirar del cinturón-bomba. Algo se mueve en la crítica fuera de sospecha, como puede verse. La pobre Oriana no era la única arbitrista ante este conflicto de todos.
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Tópicos, demasiados. El de que Israel es la causa y origen de todo, para empezar. ¿De todo? ¿También del apocalipsis de la guerra irano-irakí, también de las matanzas argelinas de mujeres y niños, de la invasión imperialista de Kuwait o el gaseamiento de los kurdos por Sadam Husein, de la matanza egipcia en Yemen, de la actual tragedia de Sudán, de la masacre libia de El Hamma, de la tiranía de los talibán, del secuestro terrorista de El Líbano? ¿No se desgarran entre sí los islámicos lo mismo en Marruecos que en Bali, igual en Pakistán que en Indonesia o Bagdad? ¿Qué parte tendría Israel, qué parte los EEUU, en semejante locura cuyo denominador común y público es la inquisición religiosa en manos de extremistas y de elites beneficiadas? La prensa alemana llama a una exhibición callejera de niños disfrazados de suicidas “manifestación por la paz de Irak” y ZP titula “resistentes” a los terrorista de Hizbulá: ése es el poder mistificador de las palabras. La tesis de Glucksmann es que Bush no ha inventado el peligro planetario de un terrorismo que estaba ahí antes de que él llegara y seguirá estando cuando, felizmente, se acabe de ir, como lo prueba la sangría universal que va desde Serbia a Costa de Marfil, desde los decapitadotes liberianos a los machetero hutus que colectaron un millón de cabezas tutsis, pasando por los infiernos de Grozni o Darfur. ¿Tendrá Occidente que pasar a plantear su ofensiva para detener la la otra, o deberá sobrevivir enredado en antropologías de tres al cuarto y sociologías de andar por casa? Apenas hay una potencia –casi ni un país—de este lado de la tragedia que no tenga su alícuota de culpa en la ordalía. Empezar por echar abajo los tópicos en que malamente se sostiene tanta infame mentira no deja de ser un buen comienzo.
¿Qué ha ocurrido? ¿Estamos ya en la onda o seguimos fuera de ella? Rogaría a los blogueros (a M. no, gracias) que den señales de vida si ven esta columna de humo´para que podamos reanudar nuestra amistosa charla.
Ruego a todos que disculpen este lapsus, debido, según me informan los responsables, a alguna acción pirata en la Red que ha provocado daños. Aprovecho para darles a todos las gracias tantas atenciones como de dedican.
Vamos por partes.
Primero, el blogg funciona fatal y durante tres días me tuve que estar en ayunas. No sabía yo que estaba yo tan enganchada a Usías: lo pasé muy mal, estaba con al mono! A ver si esto vuelve a funcionar correctamente.
Segundo, me he tenido que leer todo de un tirón, y veo que el tema moruno aprieta mucho. Es recurrente y parece que las opiniones se endurecen. Desde Angoulême no pensaba yo que las cosas llegaran a esas alturas en mi tierra calé. Yo que soy mujer de paz, propensa a buscar como convencer al enemigo antes de pegarle, me desespera ver como evolucionan las cosas, como en un abrir y cerrar de ojos se crea un problema, se le deja crecer hasta que se vueleve cíncer y todo se lo come.
Se habla mucho estos días en Francia de una peli sobre el papel de las tropas indígenas durante la guerra. También me sorprendió que este «coming out» hiciera tanto ruido. Sin duda no mostramos bastante agradecimiento a los que virtieron su sangre y lucharon por nosotros.
Más escandalosa aún fue nuestra actitud con los Harquis que escogieron a Fancia durante la guerra de independencia de Argelia, y que tuvieron que huir e instalarse en Francia.
Por lo visto el director dió a los actores de origen magrebí el papel de enlistamiento de sus abuelos. Reacción de Djamel Debouze, muy mediático: Ahora me siento francés y con derecho a serlo. Si hay franceses que no me acceptan es su problema.
Yo creo que el problema es que no se dicebastante que la nacionalidad no se rgala, sino que se gana. Hay que sudarla, los antepasados y tú. En vez de lo cual creen que les basta presentarse para que les pongan la alfombra roja, que estamos a sus órdenes. Tengo en este momento un alumno argelino, que vive con su abuela, que no lee el francés. El ministerio francés le está pagando clases particulares y el tio no hace nada. Así van las cosas; si dices algo , aquí te tachan de racista.
«ése es el poder mistificador de las palabras.»
¿Mistificando o mitificando?
20:17
Mi querida doña Sicard. Siempre tan buena y tan ingenua.
Al enemigo no se le convence. Se le vence o nada.
Al enemigo no se le pega, se le mata o te mata. No se puede jugar con el enemigo.
No sé si me disculparán los buenos de este blog. Yo renuncio a se bueno.
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Doña Marta: Ponga el reloj en hora. Plis.
Para Anónimo:
«mistificador», me parece deducir. Con la que don ja nos da sobre los mitos, ya deberíamos habernos aprendido el tema.
Ya ven cómo las gasta el Griyo ateo: «se le mata o te mata». Que no s eponga en mi camino.
Ah, se me olvidaba: iros a la mierda.
Un español musulmán
22:10
Con más tiempo habríamos sacado más provecho de esta columna con tantas claves. El artículo de Glucksmann creo que salió en El País y el de Elorza también, lo que demuestra una vez más la objetividad e independencia del anfitrión, tan al margen comno puede de esta lucha suicida entre gramdes «»medios»». Y por favor, que nadie vea una defensa de Bush ni en Glucksmann ni en nuestro casero, seamos objetivos. Se trata sólo de denunciar el abuso tópico, que de rebote beneficia a los verdaderos culpables.
Sobre el morito, insisto, ni palabra. Que multiplique sus abluciones, que no le vendrá mal.
¿Lo ven?
Tercera Guerra Mundial no declarada. Antes se dijo «guerra de tercera generación», pero no sé por qué, lo confieso. El art. de hoy es excelente, sincero, medido. He buscado los referidos de otros autores y me ha pareceido que la síntesis de jagm los superaba.
En cuanto a M., ¿por qué le contestamos siquiera? Ni las dos palabras de Griyo eran procedentes (aunque sí eran convincentes). Puaf.
Anoche vi peli de Loach sobre noviazgo cristiana-moro en Inglaterra, ceo que era en Glasgow. ¡La Edad Media en plena postmodernidad!
Veo que el blog levanta cabeza tras estos traspiés. Que siga.
07:30
Verdades como templos, razonamientos como piedras. GM piensa antes de escribir, cosa que, aunque parezca raro, cada día es más rara. Se podría ampliar la relación de casos demostrativos de la guerra intestina entre islamistas. Sería necesario insistir en que la agresión viene de ellos, paralo cual advertencias como la de Elorza vienen muy bien: menos rollos y echen una mirada al Corán, lean por su cuenta y saquen sus propias conclusiones.
Me extraña el silencio de jagm/Belmonte y el resto sobre el que llaman «caso Chaves». Después de lo pibloicado auer por El Mundo y ante el silencio de los demás, no me extraña que ese periódico crezca y los otros bajen, como acaba de comprobarse otra vez. Ya sólo les queda verse confirmados por una Justicia que, por la vía que sea, ponga en su sitio a ese megalómano oportunista que es Garzón. Sería un triunfo histórico, para añadir a los muchos ya obtenidos. Y que conste que no soy lector de El Mundo más que bisemanal. Soy uno de los «desencantados» de El País, qué le vamos a hacer.