Quizá no haya país en el planeta en el que, como en India, la más rabiosa modernidad camine de consumo con las tradiciones más abyectas. Mucho se ha hablado últimamente de las persecuciones de cristianos por parte de los hinduistas pero más sorprendente es el angustioso aviso lanzado al mundo por algunas organizaciones humanitarias, como el Centro Rural sobre Derechos y Litigios (RLEK), especializado en la protección de minorías étnicas y grupos marginados, según el cual, sólo durante los últimos quince años, se han linchado en las regiones nórdicas nada menos que 2.500 mujeres acusadas de brujería pero que en realidad, a juicio de esos observadores, no eran sino desdichadas viudas o solteras indefensas cuyas pequeñas propiedades eran ambicionadas por sus convecinos. Los cálculos dan por hecho que cada año sucumben en India 200 mujeres en las circunstancias descritas, siempre dentro de un clima fuertemente arraigado entre los sectores ínfimos de la población, que ven con agrado como se las somete a todo tipo de vejaciones —incluido las de comparecer desnudas en público o ingerir excrementos ante verdugos y espectadores—que en numerosos casos concluyen con el suicidio de las víctimas. De poco parecen haber servido las leyes correctivas interpuestas en varios estados de la región, según el testimonio de los propios poderes públicos, entre los que las policías destacan por su pasiva complicidad. La Corte Suprema, por su parte, ni se ha dignado contestar al requerimiento de diversas organizaciones solidarias que pretendían conocer al menos la relación de nombres de las linchadas. No debemos menospreciar la potencia residual de esas creencias que ya en la cultura clásica obtuvieron tan cumplida consideración incluso por parte de mentes tan poco sospechosas como las que van desde Homero a Ovidio pasando por Lucano o Teócrito. Tampoco, pues, hay que pedirle peras al olmo.
Pocas dudas pueden quedarnos, a estas alturas, sobre la naturaleza del maleficismo tras tanta indagación como el tema ha merecido desde Caro Baroja a Norman Cohn. La tragedia de la víctima –doble, a veces, en la medida en que asume como real su condición imaginaria—escandaliza y conmueve tanto como la vesania de los verdugos, movidos a medias por la ignorancia y la avaricia. Aunque llame la atención el mínimo relieve que los medios, ocupados como suelen con las banalidades al uso, concedan a hechos tan abrumadores cuya ocultación resulta intolerable para quienes crean todavía en una mínima objetividad de la información. Ahí dejamos el suceso y sus tremendas cifras, la desoladora imagen de esa barbarie secreta que hace de contrapunto en un país fabuloso.
Cuesta creer que estas cosas ocurran hoy día. No vale decir que son cosas de la India, país retrasado, todo un subcontinente compuesto por gentes de nioveles muy distintos. El resto del mundo, Occidente, tendría mucho que decir en estas cosas y no inhibirse como hemos visto que hacían ante la persecución de cristianos.
India es un país impredecible, no sabemos qué saldrá de su despertar, pero sin duda que será algo decisivo para el futuro de la Humanidad. Es raro que un país pueda llevar la carrera vde progreso que lleva India, en informática e innovación en general sobre todo, manteniendo estructuras y tradiciones tan retrasadas. Pero estoy de acuerdo con quien escribe antes en que hay una responsabilidad subsidiaria de Occidente en estas atrocidades que ocurren allí. La ONU sirve para todo menos para lo que tendría que servir, ¿no les parece?
Un tema demasiado candente para esta temporada de calores, jefe, no me extraña que el personal se quede en casa sin ánimo parda pasar por el Casino, siempre fresco y con algún amigo, no obstante. Tema interesante, aparte de todo. Nos e concibe que «en pleno futuro» arrastremos tanto pasado.
Echo de menos a Ropón, don Griyo, doña Epi, Miller y tantos amigos que deben de estar tostábndose en las playas. No es fácil mantenerse despiertos todo el año.
India es un mundo aparte, lo fue siempre, y ahora es,además, un mundo emergente, con los porblemas de desequilibrio y transtorno social que ello implica como efecto negativo seguramente inevitable. Su apego a la tradición hace que su cultura nos resulte incomprensible a este lado del planeta, pero no entiendo cómo pocría intervenir Occidente en sus problemas tal como sugieren algunos amigosque han intervenido anteriormente. Lo de las brujas es, aparte, de todas partes, y no hay que olvidar que hay muchas formas de satanizar a las personas, y en especial a las mujeres que carecen de fuerza para defenderse en sociedad.
Una se maravilla al pensar dónde escarba, cómo indaga este hombre bendito para llegar a saber de ese RLEK, Centro Rural sobre Derechos y Litigios indio, y se congratula de que en este Occidente gomorrita queden al menos diez justos, él uno de ellos.
Sin embargo, todos conocemos y abrimos de cuando en vez la página de AI, donde últimamente se refiere cómo en Irán los lapidadores reunen su piedras de tamaño adecuado para Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a recibir 99 latigazos por mantener una «relación extramatrimonial» y condenada a morir por lapidación.
Pero con todos los pronunciamientos: con su abogado, su recurso de apelación, la intervención del Tribunal Supremo y el infalible (?) veredicto de un juez que toma la decisión, aun en ausencia de pruebas claras o concluyentes. Irán, con su uranio enriquecido y la benquerencia de tantos vainas de por aquí.
Gracias a quien aún tiene un recuerdo para esta humilde sorore, enfebrecida en las desdichas terrenales. No, no estoy de vacaciones, aunque puede que en unos días me reciban las húmedas costas norteñas.
Desde la costa, un saludo a todos y mi notable alto para esta nueva llamada a la conciencia, cosa frecuente en esta página,en la que más de una vez -quizá tres– se ha abogado con vehemencia contra la barbarie de la lapìdación que lamenta doña Epi. ¡Hay tantos prolemas en el mundo! Agradezcamos que don ja no nos abrume con más jabón a la Obama, aunque no descarto de su perspicacia algún comentario cualquier día de estos. Salud.
Razón lleva Vd. don Richard, el que más y el que menos tiene algún sitio donde perderse. Entonces cambian temporalmente los hábitos y los medios técnicos quedan atrás en los cuarteles de invierno.
Servidor de Vds. anda recalado en Punta Umbría, con un Internet de juguete y unas rutinas que en nada lo parecen.
Invito a don Richard, a don Observador que por cierto se ha olvidado de doña Sicard, la más asidua de desde los comienzos del blog, y a cualquiera de Vds. que ande por estos lares a tomar unas cañas con riquísimo pescaito en Oliver, Miramar, El Choquero o cualquier otro que Vds. gusten.
Y me olvidaba del tema, que es tan terrible como muchos otros endémicos de la India pero, como bien dice ja, la ignorancia es un campo abonado para la maldad y la avaricia.
Asuntos internos. Occidente no intervendrá mientras no sea negocio.
Mea culpa: ni que dfecir tiene que doña Marta entraba en esa relación de ausentes a los que apelaba mi nostalgia.
(Veo que de mí se han olvidado ustedes…) Pues aquí estoy para decir que siempre me ha extyrañado que quienes se desgañitan defendiendo al toro o al lince, a la foca o al águila imperial, no levanten nunca su voz por las lapidadas o por las «brujas» que en pleno siglo XXI siguen subiendo a la hoguera. Esos señores antitaurinos nada tienen que decir ante los cuerpos de los ahogados en la orilla, cuando ahorcan a un marica en Irán o frentel extraño caso de las mujeres degolladas cuya causa, ¡¡al fin!!, comienzan a decir los expertos que no se explican. La india queda lejos miesntras que la foto ante la Monumental es cosa fácil. Acabio de leer que los Verdes, no sé si dentro de IU o fuera de esa jaula de locos, pretnden extender la prohibición catalana de las corridas a toda España empezando por la taurina Andalucía. Yo no soy taurina, pero me he acrodado de aqullo que decía Brecht de los que venían buscando al vecino…
Gracias a todos por recordarme. Y disculpe don José Antonio pero estaba fuera de alcance de la red.Aunque sus artículos son tales que, aunque a menudo comenten la actualidad, o se inspiren de ella, se pueden leer con retraso pues son reflexiones e informaciones fuera del tiempo, intemporales. Acabo de leerme los de días pasados y hay uno defendiendo la lengua española que es digno de guardar..De acuerdo, estan las Indias, pero lo mismo pasa con las chinas…Se envenenan con los fertilizantes o desherbantes que tienen a mano.
Un beso a todos.
Pepe Griyo
Mis disculpas, doña Clara, pero no trataba de completar la lista, tarea casi imposible para mi memoria, sino que le recordaba a don Observador que doña Sicard participa en este blog desde el primer mes su la existencia y ha sido más persistente y tenaz que ninguno de nosotros.
Besos a todas y especialmente a doña Sicard.