Más que razonablemente, un acuerdo entre el SAS y los facultativos de Atención Primaria ha sofocado la huelga convocada para esta semana por el Sindicato Médico andaluz. Prolongar el conflicto en ese ámbito tan sensible hubiera sido una insensatez pero la pregunta que surge es ésta: ¿por qué se deja llegar el conflicto al peligroso borde de la desatención sanitaria habiendo –como la realidad prueba que había– medios bastantes para solucionarlo? O esta otra: ¿por qué si se podía reducir la carga asistencial diaria de los médicos –como se ha reducido en el acuerdo—no se redujo antes evitando llegar al peligroso riesgo de la huelga? Quien corresponda tendría que plantearse esos interrogantes, siquiera sea pensando en un futuro que, sin duda posible, repetirá el conflicto en tanto no se asuma que lo que falla es un modelo sanitario hace tiempo desbordado.