Mejor será que la señora Merkel, durante su estancia en Doñana, no vea el telediario ni se entere de que, por mor de los incendios criminales, la protege de hecho una seguridad reforzada. Y que no oiga a la jefa podemita despacharse a gusto contra tirios y troyanos, decir que el clientelismo del PSOE andaluz se parece mucho a una mafia (sic), aparte de mantener cautivó al electorado, y descalificar sin remilgos a la «segunda generación» del partido gobernante a la que dice de todo menos bonita. Se ve que vienen las elecciones y, por descontado, no dejará de haber –hay gente «pa to»– quien reciba esta leña como un refresco. La política se morirá sola pero la verdad es que la hemos matado entre todos.