Anda rodando por el papel impreso la cuestión inverosímil pero, al parecer, cierta de toda certeza, de que desde el rectorado de una señera universidad andaluza se recomendó a determinados profesores –supongo que exigentes en su materia y eso que en la antigüedad ya clásica de los viejos planes se llamaba un “hueso”– que aprobaran más alumnos. Más tiempo hace que un ‘delegata’ provincial ordenó desde Huelva al claustro de un Instituto de la provincia que aprobara sin rechistar a un alumno cuyos papás habían “elevado” el caso de la presunta injusticia del suspenso hasta tan alta autoridad. Y hay más casos que no lo son de éste, pero déjenme que les diga que, que esa benéfica mediación no obedece sino al intolerable objetivo de disimular al fracaso escolar que nos refriegan por la cara, un año tras otro, los organismos internacionales y especializados, a base de reducir el pelotón de los torpes a golpe de acta. Un profesor de Ecología, Carlos Granado, sostiene que lo que ocurre es que “el Sistema no tiene interés en la Universidad”, entendida ésta como foro de crítica y discusión cultural, sino en la producción de “especialistas” que resuelvan las relaciones de trabajo satisfaciendo la demanda real del mercado. Bueno, querido prof, eso es ni más no menos que lo que nos enseñó hace decenios el maestro John Bernal al sostener que, no ya la enseñanza, sino el propio saber (la “episteme”, para entendernos) no es un producto casual ni arbitrario surgido del capricho de sus cultivadores sino la respuesta funcional que esos “sectores productivos” ofrecen a los que disponen de los cuartos y los distribuyen, como es lógico y natural, en beneficio propio y no del maestro armero. En Andalucía se propuso hace poco a los alumnos de Primaria y Secundaria, como parte de una prueba de examen (sí, ya sé que ahora se dice “test”, ‘of course’) que resumieran como Dios les diera a entender la enjundiosa letra de una cancioncilla rapera de “Andy & Lucas”, no sé si “Tanto la quería” o Que no, anda que no”. Como pueden ver, el ‘trivium’ y el ‘cuadrivium’ caben ya en un CD, el bachillerato en una botellona.
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“Que no, anda que no”. Con el tiempo nos convenceremos de que ningún daño comparable a éste de la inopia docente que fomenta el Sistema a través de sus terminales políticas. Cuesta aceptar que estemos ante el ocaso irremediable del saber tradicional, por supuesto, pero las estadísticas escolares hablan por sí solas y lo que cuentan es que nuestros alevines distinguen ya a duras penas un coleóptero de un binomio o un teorema de una perífrasis. ¿Y para qué coños necesita el Sistema, querido Granado, que la ‘basca’ sepa qué es un anacoluto o cómo se demuestra el teorema de Pitágoras? La enseñanza avanza a ritmo desbocado hacia el despeñadero del conocimiento funcional, vale decir, hacia un modelo de saber ancilar diseñado por el patrón al que las humanidades se la traen tan floja como el aleteo lejano de la mariposa, un modelo en el que cada vez caben menos conocimientos y más información, al servicio ambas cosas de la buena marcha del negocio. ¡Mira que pedirle un rector a un profesor que baje el listón para que el nivel bajo no se note tanto! ¡Mira que confundir las disciplinas tradicionales con el ‘rap’! “Que no, anda que no”. Y lo peor es que los padres, tan contentos, tan hechos al proyecto mediatizador que los libera de los veranos suspendidos y las enojosas repeticiones de curso, tan conformes con que sus hijos encajen adecuadamente como piezas en el mecanismo productivista que la autoridad académica se dedica impúdicamente a engrasar. Aprobar al que no sabe es una consigna despreciable, en todo caso, por más que alivie de momento las cuitas de padres, ministros y consejeros. Sólo el tiempo dirá qué sociedad estamos construyendo entre todos con esta aritmética suicida en la que hace tiempo que dan lo mismo tres que trescientas.
Lamento ver que no entra en el blog mi comentario anterior sobre la columna de ayer. No voy a reètirlo entero pero llamaba la atención sobre el fondo del debate propuesto que no era otro que la eterna cuestión creacionista. Lo siento.
(Disculpe Madrugador, pero su texto está tal cual algo más abajo, en la sección reservada a Aron. Desbe usted haber tecleado erróneramente).
Por lo que se refiere al tema de hoy, chapeau. Siempre supe de la preocupación de gm por la enseñanza, reflñejo natural de un ¿viejo? profesor como él, pero estos ejemplos dan en el clavo de modo incontestable. SE baja el nivel para encubrir la ignorancia y, en consecuencia, disimular el fradacso masivo de los estudiantes. Reflexiones como ésta, aportando casos concretos son muy interesantes y las únicas que dejan en evidencia a la restrategia nocultista bdel poder y la burocracia.
Exacto, sin objeción posible. Ése y no otro es el tema. Que bramen en el ministerio o las consejerías de juguete, pero no hay otra realidad que la explicada en el artículo por jagm. Una vergüenza mayor trata´ndose de un partido que tanto le debe a la agitación en sectores docentes y a la propaganda sobre sus revoluciones pedagógicas. Me adhiero sin reservas.
Lo mejor y más valiente es la denuncia de la complicidad de los padres, dispuestos a cualquier cosa antes de discutir con el nene, incluso a pegarle al prfesor, de lo que hay tanos tristes antecedentes. Si los padres se opusieran a estas leyes de pacotilla y a estas mnaiobras de locos, no habría caso. Estamos como estamos –en la escuela, en el Instituto, en la Uni– porque los padres lo que quieren es un título rápido para el nino ylos menos conflictos posibles. Gracias por decir la verdad que todos ocultan cuando gobiernan.
No tiene guasa el Maestro. Anda que no. Cuando enumera conceptos que nosotros sí aprendimos en el antiguo y denostado bachiller -memorismo, aburridas tardes y noches de codo y flexo-, nombra ‘anacolutos’. Que se parece a ‘convoluto’, no sé si lo pillan. Estamos en la era de los convolutos, leñe. Los nenes y las nenas lo que tienen que aprender es a llevárselo calentito y prontito, si puede ser: sacando un rap que pegue y se vendan seis cuatrillones de copias o empleándose en la constructora del tito y aprendiendo a culebrear en sitios de postín, en Torretriana o en Intendencia, mismamente.
¿Que para éso hay que pasar poderosamente de éticas y estéticas?
-¿Mande? ¿Y qué es eso, lo de las tetas de goma…?
Servidora goza de una ignorancia infinita, pero del temita de la enseñanza algo sí que ha vivido. Verán. En Preescolar, ¡ con tres añitos!, pero ya vienen maleados de la guarde, se inventan mil y una manera de que pase el tiempo prontito, con vídeos y cancioncillas, con infinitos ‘coloreos’ hasta que sea la hora de que vengan las mamás y los padres ociosos a recoger a su prenda. Si se recuelga una horita más, evitándose los progenitores el mal rato de la comida, mejor. Luego se lleva al cuasi bebé a clase de yudo, de sevillanas, de inglés balbuceante, ¡hasta de tenis!, a ver si nos sale un figura y nos resuelve el porvenir como al Tigre de Ambiciones. Malos ratos, poquitos, oiga, que bastante tiene una con el sufriero de la casa o con el mamón del jefe.
En Primaria, nadie quiere darse berrinches enseñando a leer a las criaturitas, que eso requiere dedicación y largo esfuerzo por ambas partes, docentes y discentes. El marrón se lo come el último de la lista del claustro, un interino o un joven (o jóvena) que intenta enseñar como le enseñaron a él veinte años atrás. Pero, ay. Los nenes y las nenas hoy saben latín en verso aunque no sepan leer. A un maromo novato o a una maestra yogurina se la comen por los pies. Sabiendo que sus papás van a venir hecho unas fieras porque su niño/a no aprende a leer porque su maestro no lo motiva lo suficiente. Y el maestrito intenta aprender técnicas a lo Fofó y Miliki a ver si el joío niño se estimula. Entra en la clase diciendo ‘¿cómo están ustedeee?’ y los chaveas le tiran bolas de papel mascado, algo que han aprendido de su hermano mayor que está en terccero de primero de ESO.
Y así, tó seguío. Hasta parar en la Uni donde confunden a Wamba con una marca de zapatillas o a Catilina el del ‘quousque tandem’ con una zarina rusa que ensanchó la estepa. Buenos polvorones.
(Envío a mi don Ortógrafo, que tanto me anima y a quien tanto quiero en la distancia: Hoy, queriendo ser grasiosilla le he dado un puñado de patás al diccionario. Usted me lo sabrá dispensar).
Se les nota a una legua la intención política. A doña Epi, el resentimiento de una masetra frustrada y tiesa, al propio anfitrión se permanente intención de cuestionar lo que él llama el «régimen», olvidando los centros que ha construido ese «régimen» (más que en toda la historia) y los porogresos hechos a pesar d elo que digan los antilogsianos. Vayan con Dios, buena gente.
Hay días en que NO debería leer esta columna, porque se me cae el alma al leerla, y éste es uno de ellos, a pesar de las gracias de doña Epi: como las pelis de Chaplín hoy no me hacen reir sino llorar.
¡Con lo bonito que es enseñar!, ver como poco a poco van creciendo, sobrepasando las dificultades, descubriendo paneles enteros de conocimientos, cuando, por ejemplo, al cabo del primer trimestre de castellano, son capaces de describir a un compañero de forma que se le reconozca, o de aprenderse un poema de memoria, pronunciando bien, dándole sentido al texto, cuando reconocen en un texto de quien se habla: el jardinero del colegio, el Abbé Pierre, la bibliotecaria o el Presidente de la republica ¡Qué contentos cuando una buena nota viene a recompensar los esfuerzos hechos!
Sin embargo, también aquí , en Francia, los aprobados se hacen estadisticamente: el tanto por ciento pasa, tantos repiten, y si son demasiado hay que «cuestionar» nuestra decisión. Pienso, sin embargo, que lo peor ha pasado: volvemos a métodos más clásicos.
Yo recuerdo que el nivel de la enseñanza en España , hace 30 años me parecía bastante bajo….aunque tengo entendido que algunos centros eran excelentes. En general tenía la impresión de que no se enseñaba a razonar sino que todo era a base de memorizar. Hay que ejercer la memoria pero tambien hay que aprender a analizar, discriminar, opinar.
Tenía entendido que se habían hecho ingentes progresos. Por lo visto me equivoco. Creo que , como en Francia, hay que insistir sobre la necesidad y la satisfacción del esfuerzo: no se consigue nada sin esfuerzo, pero cuando se ha alcanzado la meta, !qué satisfacción! Los jóvenes, cuando les exiges un mínimo, te lo agradecen. Pero ¡qué de ovejas descariadas a causa de nuestra cobardía y dejadez!
Bien sabes, ja, que estas barbaridades no son incidentales sino onjetivos bien elegidos por los expertos del Sistema. No conviene el SABER, basta con CONOCIMIENTOS y si es posible, arreglémonos con INFORMACIÓN. Pues claro, nada de alumnos críticos, salvo que sear para cuestionar la disciplina, nada de auotnomúa de pensamiento, salvo que se trate de imponer imaginarios derechos del educando.
Y las familias. Las familias asustadas, las familias deformadas por su ideología generacional, las familias que no quieren enfrentarse al drama que, en un grado u otro, es siempre la educación responsable de un menor. Ahí está la violencia contra los profesores «duros», no hacen falta más ejemplos.
Se queda corto, esté seguro. Un aula es hoy una jaula. Pero una jaula calculada para que el pajarillo esté a gusto, sin otro objeto. No interesa a nadie la educación ni la formación. LLeva razón: sólo los títulos, y tras ellos los presuntos conocimientos concretos. Hoy la enseñanza de una materia abstracta, cmo la mía, ha de contar con la afición espontánea del alumno: uno de cada cincuenta o cien casos. El resto es estadística, metira o las dos cosas.
(Se me paró el reloj)
Con el alma en los pies. ¿Tan mal está todo en la escuela, en el isnittuto, en la universidad? En mis tiempos de enseñante comprendí que siempre hemos de lamentar el nivel de la enseñanza, que siempre nos parece que nos quedanos cortos, pero es verdad que hoy escucha uno lo que escucha y se ve forzado a admitir que esto es nuevo.
¿estaremos ante una era nueva en la que la enseñanza habrá que isntilarla en el alumno audiovisualmente? ¿Habremos de cambiar la pizarra por el video, el coloquio por la videoconsola? No se lo tomen a la lugera porque hablo en serio. Hoy se sabe más de la célula o de las galaxias por la tele digital que por los textos. Díganme si no es cierto.
Los exámenes de mis hijos se hacían ya a base de test. Bien, yo no creo que sea posible evaluar la comprensión de una materia proponiendo una especie de adivinanza en la que, entre otras cosas, de entrada, el examinando lleva ya el 10, el 20 o el 30 por ciento de probabilidades de «acertar» al azar. Me pregunto cómo serán los jueces el día en que, finalmente, que todo llegará, las oposiciones se sustancien a base de cuestionarios y cricecitas en los casilleros. Los jueces, los médicos, los ingenieros…
Sabemos que en Francia también hay problemas, doña Marta, ¿dónde no?, pero lo que no hay por ahí son leyes como la LOGSE ni Gobiernos que arramblan con la ley del anterior sólo porque es rival. Lo de aquí es antiguo, como sabemos, pero en estos dos decenios se han venido abajo como un castillo de naipes. Cuando se intentó colver a las Reválidas, recuerden la que se armó. ¡Cómo si fuera una locura tratar de averiguar si el futuro bachiller tiene realmente un nivel tras pasar los cursos que se pasan como sabemos que se pasan! Personalmente creo que esto no tiene arreglo y que irá a peor, pero tal vez estp o es más que el efecto de mi cansancio.
El poder no necesita saber. Echen una mirada a la orla de mandatarios españoles, por ejemplo, y verán cuánta mediocridad. Apenas encontrarán a unos cuantos con grandes carreras u oposiciones importantes. El propio presidente del Gobierno (como tantos) es un licenciado raso encumbrado por un partido. El Pocero un zoquete, Sandokán, Gil, Lopera, Roca, toda esa ralea, una panda de iletrados, ¿Cómo van a querer estudiar ante ese espectáculo?
Ustedes no entienden na de na, y hace mucho tiempo que estudiaron. Hoy sabemos lo que tenemos que saber. ¿Se pondrían ustedes a navegar con nosotros por Internet, quién creen que ganaría de largo?
Pasemos la anterior insolencia por alto: es fruto mixto de la inopia ésa de que habla ja y de la petulancia. No hay que esperar que sean estos alevines quienes se corrijan a sí mismo, ni está en manos de los profesores conseguir esa corrección mientras perdure el contubernio familias-poder político.
¡Carrozas a la cochera!
Esto que acaban de oírle, hay que suponer que a un joven estudiante, es del todo verosímil y lo escuchamos impotentes en las aulas todos los días. Lo que no entiendo es la preocupación por el nivel que muestran jagm y demás compañeros mártires, teniendo en cuenta el nivel de esa ministra de Cultura que dice que le importa el rap tanto como la ópera y confunde lo que confunde. Todo el problema es uno y el mismo: la crisis de autoridad es inseparable del designio de «especialización salvaje» y antihumanística, el modelo de vida (pasta en el bolsillo, leonera con internet y videoconsola, moto y botellón) es la fuente de los mismos trstornos de los que luego se quejan las familias. Tenemos la enseñanza que quieren los que mandan. La prueba es que, exceptuando los afiliados del PSOE que son muchos, en los claustros no encontrarán ustedes más que protestantes y desesperados.
No quiero ni hablar del tema pero me he visto reflñejada como en una película. Mañana cuando vuelva al tajo iré con esta reflexión en la cabeza y un poco más de melancolía en el corazón.
Lleva razón. Por mi parte reconozco mi responsabilidad, lo que quiere decir mi debilidad, mi fracaso al ejercer como cabeza de familia. Pregunta al sociólogo: ¿no será que estamos viviendo anticipadamente un modelo de sociedad futura como si ya estiviera implantado? Me atromenta esa duda, pero sobre todo me entristece y humilla mi falta de coraje. Y la de tantos.
El Instituto que recibió la orden de protestar es de Ayamonte y el delegado, consiguientemente, el provincial de Huelva que creo recordar que es primo del anfitrión, aunque puedo estar atrasado en mi fichero mental.
Acabo de leer en el periódico que los rumanos exigen ya que se les proporcione enseñanza en rumano o enseñanza de lengua rumana, no recuerdo bien, con lo que la Babel se complica. Vean con qúe facilidad se accede aquí a cualquier petición, por peregrina que sea (en Andalucñia se va a enseñar chono mandarín dxedes el año que viene, además de religión coránica) con tal de que no proceda del despreciado estamento docente. Un moro, un rumano, un padre exigente o incluso agresor: cualquiera será bien recibido en la Junta queno se digna siquiera escuchar las quejas de los profesionales de la enseñanza.
Vale Rapero: ¿y qué es lo que sabes? Aparte del internet, que también me defiendo, ¿qué te interesa? ¿En qué te sientes fuerte y podrías dar alguna lección? Lo digo en serio.
error en la hora!
El sr. Berdigón anda, en efecto, desmemoriado, pues el primo del anfi al que se refiere, además de que dejó de ser delegado hace muchos años jamás hubiera hecho semejante idiotez. En cuanto al incidente de Ayamonte, que es cierto, no faltamos quienes desde ese colectivo docente perteneciente al partido, protestamos y dimos nuestra razpnes en contra. Todas las administrraciones se equivocan, me parece a mí, y este caso fue una equivocación.
20:12
No, amigo sociata, no sólo una equivocación, sino el efecto de lo que la columna denuncia, en concreto de la claudicación de la autoridad administrativa ante la exigencia electoralista. Asuma lo que es incuestionable, aunque le honra lo que acaba de contar y lo que hicieron usted y sus compañeros de partido en aquella ocasión.
Yo creo que el «Sr. Rapero» lleva razón!: Carrozas a la cochera!.
Pero no se dan cuenta que las carrozas estropean el tráfico de las ciudades, que ya tenemos demasiados atascos como para que circulen las carrozas, eso a la cochera con las carrozas.
Yo creo que de la misma forma que estamos sufriendo (disfrutando?) una seria congelación salarial con la incorporación de inmigrantes en el tejido productivo, tendremos otra congeleción salarial con los denominados «profesionales kleenex», profesionales de usar y tirar, gente que sólo sabrá un poco de una especialidad muy concreta. Donde se necesite gente que «sabe resolver problemas», no gente que «sabe la solución de los problemas», se buscarán, hay Universidades que SÍ educan de forma adecuada, de ellas vendrán quién sean capaces. Nos hemos parado a pensar que la distancia (temporal) entre Londres y Sevilla es la misma que entre Madrid y Sevilla (dos horas y media). Nos hemos parado a pensar que los alumnos «brillantes», esos que el rapero llama «carrozas» se están yendo a las Universidades que sí educan. El año pasado una estudiante sevillana de esas carrozas, consiguió ser admitida en Cambridge (creo). La Comunidad de Madrid tiene unas becas de 4500 euros para estudiantes que quieran estudiar en esta Comunidad, la nota más baja de Selectividad para conseguir estas becas fue 9.7, y la mayoría de los «agraciados carrozas» vienen de estudiar en otras Comunidades Autónomas. ¿Saben cuantos extranjeros han presentado su solicitud a las Becas de Formación del Personal Investigador en la Comunidad de Madrid?. Sí, todos carrozas, extranjeros, pero carrozas. Lo dicho el S. Rapero lleva razón.