Ha dicho el consejero Bendodo, tan eficiente gestor en su tierra, que “la Junta le debe mucho a Málaga”. ¡Toma, y a Huelva, y a Cádiz, y a…! Hombre, se comprende y respeta su sensibilidad, pero tratándose de alguien que va a pesar tanto en el nuevo Gobierno regional, parece más aconsejable mantener a la vista al conjunto de la comunidad que parcelar territorialmente las deudas pendientes. Porque va ya para medio siglo de autonomía y aún colea una visión de “las dos Andalucías” que debería estar superada en el ámbito común de un país como el nuestro, hoy mejor comunicado que nunca y, por eso mismo, más cercano. Seguro que el consejero entiende esta crítica que surge de la íntima convicción de que el fracaso relativo de la autonomía debe demasiado a la competencia –tantas veces, simple rivalidad– entre sus provincias hermanas.