El presidente Moreno ha hecho unas declaraciones desde Egipto, donde asiste a la Cumbre del Clima, rechazando rotundamente la insólita y trapacera maniobra del sanchismo de eliminar del Código Penal, no solamente el delito de sedición, sino el que pena la malversación de fondos públicos. Y ha hecho bien el Presidente, porque ese disparate concebido a beneficio mutuo de los separatistas y el propio Sánchez, de ser rematado con la impunidad de los malversadores resultaría especialmente devastador para la conciencia pública andaluza que ha soportado durante años el oprobio del “caso ERE”. Tengo la íntima convicción de que el propio Griñán jamás hubiera aceptado –ni siquiera en beneficio propio—semejante atropello jurídico que compromete la legitimidad democrática y lesiona al Estado de Derecho. Desmarcar a Andalucía de esta degenerada deriva, como ha hecho Moreno, no dejaba de ser imprescindible.