Como las cifras oficiales no engañan (bueno, es un decir), lo tiene difícil Sánchez para no acceder a la petición del presidente Moreno de abrir la puerta del confinamiento a Andalucía –“por territorios”–en cuanto decida correr los cerrojos. Negársela dejaría en evidencia sus demostrados recelo e hostilidad a la autonomía andaluza desde que está en manos ajenas a su partido. Pero la verdad es que concedérsela implicaría un inevitable aval a la gestión andaluza y, conociendo los percales, no sería extraño que se oponga. Luego “doña Sobreesdrújula” (la portavoz Montero) se encargaría de hacer polvo el sistema acentual del castellano –la “rés-ponsabilidad”, etcétera– para justificar lo injustificable. Andalucía tiene los mejores números en esta crujía. Aunque sea distinguiendo entre sus “territorios”, negarle la prioridad en la salida del trullo sería una injusticia. Otra más.