Ha dicho el presidente Griñán, agarrando por los pelos la novedad sociológica del relevo político que anuncian los sondeos (propios), que “los andaluces quieren cambio, pero que quieren que ese cambio lo haga el PSOE”. ¡Fantástico! De manera que le dice su propia encuesta que el clamor por el cambio supera ya a sus apoyos, y el presidente del “régimen” no tiene mejor ocurrencia que interpretar que lo que le está diciendo la opinión es que lo intente de nuevo, después de 30 años de lo mismo, nunca que la exigencia pública pueda referirse a una mudanza normal, es decir, la de el partido ahora rechazado, por otro en el que se presume la posibilidad de mejora. Tres días le ha costado al Presidente idear ese supino sofisma. Se nota que el susto en sus filas ha sido mayor de lo que pudiéramos creer unos y otros.