Pasan los decenios por la autonomía como si nada: 30 años después y tras cuatro presidentes de la Junta, en efecto, nos traía ayer aquí una veterana como Maria J. Pereira «noticias» (¿¡) del «caso Dunas de Almonte», el escandalillo que en los años 80 removía la opinión a propósito de un proyecto del pretorio del entonces presidente del Gobierno que pretendió imitar a Hohenlohe haciendo de Mataslacañas una nueva Marbella, imagínense. Aquello fue de película, créanme, y hasta hubo demandas por medio, pero lo cierto es que, 30 años después y tras una larga odisea, el «caso» sigue vivo y pendiente ¡de una indemimnización por daños y perjuicio para resarcir a aquellos «emprendedores»! La Andalucía autonómica ha sido y sigue siendo un campo de Agramante o un Puerto de Arrebatacapas.