Elogio del harapo

Parece ya imparable la vertiginosa degradación indumentaria que estamos viviendo. Cierto que no dan abasto los alquileres de chaqués, tan frecuentes ya en los bodorrios, incluso en los de medio pelo. Lo mismo en la audiencia real que en la sesión parlamentaria, la competición por el adefesio resulta incontenible, lo que, en cierto modo, acaso…