Todo se olvida
No hay tragedia que dure en titulares más de un tiempo prudencial. Aburre la repetición, en especial cuando las víctimas desbordan la expectativa de los benefactores. Un tsunami, una erupción devastadora, un terremoto –da lo mismo—nadie espere que se mantenga en portada hasta que se repare la desgracia. Tenemos muchos casos, pero, sin ir más…