De novela
Vaya planchazo monumental se ha llevado nuestro Gobierno y, en especial, el ministro de Exteriores, en el negocio del espionaje masivo al que los EEUU han sometido hasta el Papa, al descubrirse que, en realidad, no es que los yanquis nos hayan espiado a nosotros, sino que hemos sido nosotros –es decir, nuestro CNI—los proveedores…