En justo término

Mi columna sobre el libro de Acemoglu y Peterson, «Por qué fracasan los países», no ha pasado desapercibida entre mis lectores, algunos de los cuales (dos en concreto) me recriminan no sólo mi exceso de entusiasmo sino, ya de paso, mi presunta mudanza ideológica hacia posiciones digamos más conservadoras. Admito como probable mi exceso de…