Otra sequía
No llueve. El haza está terrosa, la yerba sin brío, el regajo va menguado y a duras penas supera las piedras del cauce. “¡Cómo no llueva vamos a comer algarrobas”, me dice el gañán, convencido, como todos los de su ámbito, de que la sequía es una excepción de la Madre Naturaleza. Grisea el olivar,…