Mía o de nadie
Otra vez hay inundaciones en la cuenca del Ebro. Como en años anteriores, se quejan los inundados mientras muestran desolados a las cámaras la ruina de sus casas y enseres, en espera del inevitable decreto que tardará en promulgarse y, en fin de cuentas, será recordado –otro– como tardío e insuficiente. ¡Agua va, agua al…