Como en el lema legendario de la Guarda Civil, parece que el imaginario andaluz va adaptando su mirada a una realidad cada día más aplastante: habrá que recorrer con paso corto y vista larga el imprevisible desierto que nos separa de la verdadera “normalidad” tras la que dicen que los cambios serán tremendos. Cualquiera sabe. Pero lo que difícilmente puede ser peor es el panorama de un desgobernado país en recesión que, en medio de una peste incontrolada, prohíbe al Jefe del Estado presidir un acto ritual al tiempo que se anuncia el indulto de los golpistas que tuvieron el cuajo de televisar en directo el fin de la España histórica. ¡Tócame Roque! Paso corto y vista larga, pues. Lo otro –ya saben— crece tanto como el virus.