Ayer visitó ZP Sanlúcar de Barrameda, más que nada para conseguir una publicidad fuerte y gratuita (menos mal) y alegrarle la pajarilla al vecindario con su insigne presencia. ¿A que no va a El Berrocal, a que no va a Riotinto, a pesar de que desde hace tres años esperan en esos pueblos abrasados no ya esa parusía inconcebible, sino una simple ayuda real a la catástrofe que sufrieron? O a Puerto Real, ¿a que no va a Puerto Real, donde el comprometió su palabra a que no habría despidos sino ajuste fino y que nadie saldría perjudicado del cerrojazo de Delphi? Que va, ZP está de vacaciones en Doñana, un paraíso, y a nadie se le ocurriría dejar un paraíso para asomarse a un quemado o a un purgatorio de parados. Las vacaciones se pueden interrumpir para darse un baño de multitudes, claro está, pero no parece lógico hacerlo para llevarse un sofocón y menos una posible bronca.
¿Lo aficionará ‘el Pato’ -o sus hijos- a la pesca como hicieron con el amiguito de Slim? ¿Tiene algún cuñadito el Circûnflejo para que haga negocietes en Costa (de) Doñana? ¿Cómo no ha ido a la restaurada Merced a los toros, a darse un bañito de multitudes, o temía que lo corrieran a gorrazos los votantes de Perico? ¿O es que para no molestar a sus queridos socios ecoverdepacifistaindependentistas que le sostienen el silloncito se ha hecho tauromacófobo? Este muchacho es una pura(s) charada.