Si alguna vez, siendo alto cargo, pide usted un crédito a una Caja y no lo devuelve, no pierda el sueño porque no corre riesgo alguno. Si un día llega a presidir una Junta autónoma, nombra a su hermano director general y permite que éste enriquezca a otro hermano a base de sus propias subvenciones, no se preocupe porque no corre ningún riesgo. Si en el mismo supuesto, estampa su firma junto a la de su hija en el acta del consejo del gobiernillo que preside para millonear a la empresa apoderada por la muchacha, ídem de lo mismo. Confíe en la Justicia y recuerde, llegado alguno de esos casos, la lenidad de los ropones que han bendecido una y otra vez las peripecias de la familia Chaves. Dicen que la Justicia es ciega. De lo que nadie me va a convencer es de que también es sorda.
Ok. Es ciega, sorda y tal vez muda, pero tal vez sea debido a ataques epilépticos, que como Vd sabe son imprevisibles e incontrolables.