Por fin se permite a El Mundo ver el expediente del “caso Chaves”, aunque a estas alturas cualquiera sabe ya de qué va la vaina. Se comprobará lo sabido, simplemente, veremos las firmas comprometedoras que se tratan de ocultar, quedará clara la infracción de la ley de Incompatibilidades pero, francamente, no creo que llegue la sangre al río. Se ha demostrado, eso sí, que de poco sirve negar lo que salta a la vista y confiar la defensa injusta al pregonero amigo. Y no creo, como digo, que vaya a hundirse el planeta por ello. Si acaso va a precipitarse la evidencia de que Chaves es un político amortizado por su mala cabeza.