Los 600 aspirantes a concursar para obtener una de las 32 plazas de policía local convocadas por el ayuntamiento e impugnadas por el sindicato UGT están que trinan. Preparan incluso una movida contra ese sindicato, cada día más manipulado desde su partido, que ha hecho de la lucha contra la alcaldía su objetivo preferente hasta el punto de caer en contradicciones como ésta de exigir más plazas pero oponerse luego a su convocatoria. No se aclara, UGT, o será que no se puede soplar y sorber al mismo tiempo, pero el caso es que ya tiene enfrente hasta los propios sindicatos a los que disputa el pastel y desde ahora tendrá también a incluso a los aspirantes a trabajadores. Es mala cosa hacer política desde el sindicato y peor si cabe hacer pura oposición partidista. Quedar tan visiblemente reducida a sombra de un partido –lo mismo en el Ayuntamiento que en la Diputación– resulta, en todo caso, una deslealtad demasiado grave.