A juzgar por las palabras de su mandamás andaluz, Manuel Pastrana, la UGT debe de tomarnos por tontos a los andaluces. Hombre, se comprende que la pingüe “concertación” está pendiente y aplazada hasta el otoño, y que eso no tiene más remedio que traer de los nervios a los responsables de la nómina, pero predicar la equidad de este “acuerdo” de financiación autonómica y sostener que beneficia a Andalucía no es más que un despropósito en el que el sindicato va a quedarse solo (CCOO ya se ha desmarcado con prudencia), incluso entre muchos de los suyos. No se muerde la mano que te da el pan, se admite, pero una cosa es el apoyo discreto al administrador y otra diferente su defensa numantina. Pastrana sabe bien que todo eso que dice es un cuento que no se sostiene, pero parece creer, por la cuenta que le tiene, que los demás somos ciegos. O tontos.