Si corto y estrecho le venía el traje a Espadas como candidato, más enjuto le está resultando en su apresurada oposición. Ni las prisas por movilizar a un partido desmovilizado ni las arrazonadas pamplinas que va repitiendo para “explicar” su espectacular batacazo electoral logran más que confirmar en la opinión la fragilidad de una imagen política tal vez triturada sin remedio. Este pseudo-PSOE no levantará cabeza si antes no se refunda y en tanto no releve entre sus filas a tanto maula. Y eso es una mala noticia para la autonomía andaluza, reducida “a fortiori” a avanzar con una sola pata en medio del ruido inane de unas ultraizquierdas hechas triza y una ultraderecha chasqueada. Juanma Moreno no lo va a tener fácil por ello sino todo lo contrario.