La Junta, el presidente Griñán, han dejado claro que su compromiso de abrir el texto del “decretazo” a todos es un cuento más. Al aparecer en el BOJA, el “decretazo” ha entrado en vigor y se admiten apuestas sobre que cuanto se discuta a posteriori en nuestro Parlamento inútil se ha de quedar en agua de borrajas. Tristemente queda claro una vez más que tampoco Griñán entiende otro lenguaje que no sea el del trágala, pero mucho me temo que esta vez el desplante chulesco le va a costar caro tal como van las cosas. Que no se quejen luego del “acoso” funcionarial: todo el mundo sabe lo que ocurre cuando se cierra una olla y crece la presión.