Ni la bilocación, ni la trilocación, bastarán a Susana Díaz para resolver el milagro de su ubicuidad política. ¿Cómo estar en San Telmo administrando la Autonomía al tiempo que se salta de Sevilla a Canarias, de Canarias a Camas, de Camas a Barcelona, de Barceleona a Mérida, y luego un poco por todo el mapa nacional? ¡Ni Apolonio de Tiana (ojo, no Triana), ni el gran Houdini le echarían la pata! Su pretorio sostiene absurdamente que mantendrá la agenda institucional de forma paralela, lo que viene a ser como cuadrar el círculo del tiempo finito, algo sólo al alcance de lo sobrenatural . Dejémonos de cuentos: la presidenta Díaz dejará sin remedio los problemas andaluces para ocuparse durante meses de su propia promoción personal. A Andalucía, en consecuencia, le pueden ir dando.