Se dice ingenuamente –aquí mismo lo hemos dicho—que, tras el ‘plante’ de sus “socios” y de la leal oposición, Cejudo va a quedarse sólo en el casoplón que hemos alquilado o, al menos, hemos pagado entre todos, en El Rocío para acoger a nuestros próceres mientras dure al romería. Bueno, ya verán cómo no es para tanto, cómo irán acercándose unos y otros a dar una vuelta de rebujito con tapa, empresarios, fuerzas vivas, cofrades y simples mangoletas. De momento la UGT ya tiene reservada habitaciones pero ya verán, repito, cómo habrá que ampliar las reservas y el convite, igual que hubo que hacerlo para ir de farra a Madrid o a Bruselas. Todas las soledades fueran como la que aguarda a Cejudo en El Rocío, aparte de que seguro que él recurre a aquello de que más vale estar solo que mal acompañado. El ángel de las Marismas vela siempre por sus romeros, incluso por los que van de gorra.