Lo que ha revelado el sumario del “caso Poniente” no es más que lo se esperaba: que el Ayuntamiento de El Egido fue saqueado de modo sistemático por un grupo que manejaba una eficaz trama. Y sin embargo, el alcalde, tras salir de la cárcel, ahí está bajo los focos anunciando que piensa seguir adelante con los faroles, apoyado por un PSOE que funciona como socio suyo a cambio de conservar el chollo de la Diputación de Almería. En Sevilla, prejubilaciones ilegales, en Baeza, facturas falsas, más allá ventas ilegales de terrenos… No es extraño que los españoles vean en su clase política un obstáculo principal para la regeneración.