Se acabó el cuento juntero de las plazas limitas en centros “concertados”, el argumento de que el que no la encuentre para su hijo que vaya a un cole público (que a lo peor ni existe en su barrio o es un infierno) o que se rasque el bolsillo. El TSJA ha reconocido que los padres tiene derecho a decidir en qué tipo de colegio se educan sus hijos, sin que ningún delegata pueda enredarlos con sus burocráticas excusas de “ratios” y “líneas”. Un niño tiene derecho al colegio que sus padres elijan: se acabó. Y eso es algo que han de entender muy bien muchos altos cargos cuyos hijos asisten a colegios privados o a muy exclusivos colegios públicos de casi imposible acceso. Lo que no puede ocurrir es que un partido siga castigando a un barrio porque vota mayoritariamente al partido rival o que las familias tengan que pasar un calvario para conseguir una plaza mientras se las castiga con cárcel si no escolarizan a sus hijos o, incluso, si los educan en casa. Como antes en sanidad, ahora los jueces le enmiendan la plana a la Junta de Chaves en educación. Asumirlo y poner remedio es la única opción que los jueces le han dejado.