La ruina de la huerta andaluza es prácticamente un hecho. Lo habían intentado otras veces sin conseguirlo, pero en esta ocasión –con un Presidente del Gobierno mudo, una ministra por completo lega, un “candidato” acomplejado frente a la potencia alemana y una Junta sin el menor peso—se van a llevar el gato al agua, hundiendo nuestro sector más floreciente desde Almería a Huelva pasando por Málaga, Granada y Sevilla. Gran fracaso político de Gobierno y Junta, ridículo de nuestro sistema sanitario cuyos laboratorios han sido incapaces de responder en tiempo y forma al ataque alemán. Y todo en medio de la mayor indiferencia, como si este roto admitiera remiendo. Pocos casos de desgobierno e indefensión como éste de la ruina de la huerta.