Continúa paseándose por la comunidad el fantasma de la abstención. Todos la temen. ¿Todos? Bueno, todos, me da el pálpito de que no, y como demostración ahí tienen a Javier Arenas pasando como sobre ascuas sobre el asunto una vez superada la trampa del “acuerdo” de un brinco inteligente. O a IU (a su cooordinador general sobre todo) superándose día a día en sus pamplinas como si el resultado del referéndum, en lo que a participación se refiere, dependiera de ese voluntarismo forzado por los compromisos y, ay, las necesidades. O al PA, postulando el ‘No’ en solitario, preso de sus propias contradicciones y también libre en su recuperada independencia. Chaves dice que se ganará esa batalla “por tierra, mar y aire”, una pasada, y Valderas que, aunque el ‘No’ ya esté derrotado –¡así cualquiera!—queda ahora por vencer la temida abstención. Están zurrados todos de que el pueblo soberano se quede en casa, ajeno a una monserga postiza que nadie le ha explicado más que con cuatro tópicos. La verdad es que se lo han buscado a pulso.