…es porque no quiere. Ahí tienen a la consejera de Presidencia encantada de haberse conocido y presentando la sentencia del Tribunal del Conflictos sobre la publicidad de las actas de Consejo de Gobierno como un triunfo compartido por la Junta que, en su estrategia de obstrucción, sostenía ni más ni menos que el carácter secreto de lo que, en buena lógica, ha de ser público. Ahora falta ver qué pide la jueza instructora y qué contenidos de esas actas considera la Junta “secretos” y, en consecuencia, reservados incluso para la Justicia, aunque resulta obvio que tanto Chaves y Griñán como los sucesivos consejeros de Empleo lo van a tener crudo a partir de ahora. Lo de los ERE fraudulentos y las prejubilaciones falsas era demasiado incluso para el TS. A la vista está.