Proliferan los casos en que los políticos blindan o aumentan su soldada mientras predican austeridad para los demás. Hay muchos citables, pero quizá ninguno tan insolente, por ahora, como el del Ayuntamiento de Ayamonte que ha decidido por decreto garantizarle a cada concejal medio millón mensual de las antiguas pesetas ya que en el Pleno no hubiera sacado adelante el pelotazo. Hay también alcaldes que se lo han bajado –el de Huelva capital, por dos veces, sin ir más lejos—pero demasiados indicios apuntan a que la “clase política” no está dispuesta a sacrificar un céntimo dejando el recorte y la austeridad para los demás. ¡Que ahorren ellos! Entre tanta desvergüenza quizá ninguna equiparable a ésta de meterle una mano en el bolsillo a los ciudadanos y defender el propio con la otra.
Me repito:
La vergüenza no es patrimonio de los políticos. ¡¡¡Puaf!!!