Nada tan comprometedor para la Junta de Andalucía en el negocio de las prejubilaciones falsas por ella financiado como los informes que, durante años, emitió la Intervención de Hacienda –que entonces encabezaba Griñán como consejero—descalificando el procedimiento empleado. La otrora poderosa Intervención se ha convertido en el pito del sereno, sometida de hecho a la decisión política y desprovista de cualquier posibilidad de reacción. Ésa es la causa fundamental de todas las corrupciones y el mejor exponente de la politización de la Administración, raíz de todas las corrupciones. De conocerse esos informes, pocas sillas quedarían seguras en las altas esferas. Por eso, precisamente, lo más probable es que nunca se conozcan