Cuesta cada vez más combatir el pesimismo popular descreído de la Justicia. ¿Cómo explicar, por ejemplo, que justo cuando la Fiscalía Anticorrupción pide la imputación de otro ex-consejero de Empleo en el “caso” de la investigación de los cursos de formación, la juez sustituta de Alaya –que se permite ya incluso tácitas pero contundentes descalificaciones de aquella—devuelva a Empleo, a petición de la Junta, “miles de expedientes” sin investigar? No me cuento entre quienes ven en la juez Núñez una Penélope encargada de hacer una “contrainstrucción” del grave “caso”, pero la verdad es que si ese convencimiento desmoralizador cunde entre la ciudadanía, no habrá que buscar más responsabilidad que la derivada de su propia actuación.