Llevan razón los sindicatos cuando critican el sueldazo incomprensible del gestor que la Junta y el PSOE han opuesto al frente de unos Astilleros que, no les quepa duda, van a ser cerrados como tales para mantener abiertos los sevillanos. Esa polémica de los pelotazos de los ejecutivos está planteada en todo el mundo, pero a mí que alguien me demuestre que resulta imprescindible pagar esa fortuna a un gestor como si fuera único. ¿Por qué lo apoyan tanto sus mentores, será porque esperan de él facilidades para sus planes políticos partidistas? En cualquier caso es un abuso hablar de esas cifras que nada justifica, fuera de la garantía de sumisión al poder que designa y cesa.