La Junta lleva toda la razón cuando pide (¿exige?) al Gobierno que reparta solidariamente entre las comunidades españolas la población inmigrante. ¿O es que sería imaginable cerrar los ojos y dejar las cosas como están? ¿Qué podría ocurrir si continúan llegando a Andalucía estas masivas remesas que nos envía Marruecos ante la pasividad y el disimulo de nuestras autoridades? No se trata de una simple cuestión de equidad, sino de comprender que, a este paso, el colapso social estaría asegurado en una región que no tiene por qué cargar en solitario con el peso de este acontecimiento histórico. Mantener los ojos cerrados, como se viene haciendo hasta ahora, garantiza no sólo a España sino a toda Europa un conflicto de época. Un problema quizá desmesurado para estos gobernantes de minucias pero en el que todos nos jugamos el resto.