Desvelado el misterio del nuevo Gobierno justo es reconocer que el presidente Juanma (el simpático hipocorístico parece definitivo) habría logrado no sólo asentar un núcleo duro a su alrededor sino fraguar un previsor equilibrio interprovincial que seguro que refuerza las fidelidades. Junto a esos dos objetivos, es tan notable como novedosa la apuesta por esos “independientes”, junto al acierto y la novedad que supone en nuestra vida autonómica la incorporación a la gestión pública de ejecutivos de probada solvencia. Guste más o menos su elección, en definitiva, Juanma acierta, probablemente al propiciar –sin perjuicio de la experiencia– este renuevo de la clase política al que ya sólo le falta una portavocía tan firme como hábil, del estilo de la ejercida durante la anterior legislatura por la nueva consejera de Igualdad. Y, en fin, a ver si para la próxima ocasión se ha racionalizado ya esa vigente norma de incompatibilidades que tanto contribuye a alejar la política del talento privado.