Si hay actualmente alguna unanimidad en la prensa argentina.– al margen del renovado fervor por sus tenistas o la inquietud sobre el rebrote del ‘atraco-exprés’– es la de llamar a la flamante presidenta por su nombre a secas, nada de apellidos propios ni conyugales. Cristina Kirchner es ahora simplemente Cristina, como Evita fue y sigue siendo simplemente Evita –al menos para los “cabecitas negras” y los sindicaleros que todavía en los 60 felices sesenta peregrinaban hasta la valla de Puerta de Hierro con su ramo de crisantemos–, o del mismo modo que la “segunda esposa” fue Isabelita tan sólo, a pesar de El Brujo y de la Triple A. Hay países así de edípicos y hay edipismo así de asumidos, incluyendo algunos tan tradicionales como Inglaterra o tan exóticos como Haway, en los que, como un eco de los fastos bíblicos de la reina de Saba o el recuerdo de Cleopatra, ningún rey igualó jamás la leyenda de sus reinas predilectas. Al lado de Yocasta palidece Layo, qué duda cabe, cierto que sin que ello implique la transformación de la estimativa machista sino tal vez todo lo contrario. Un diputado egipcio, Gamal Zahran, acaba de protestar ante su cámara por la visita de Sarkozy y su pareja que considera inconcebible y libertina “en tierra del Islam” por el mero hecho de haber ocupado una lujosa suite en lugar de albergarse en habitaciones separadas, mientras en Francia los sondeos confirman una abrumadora mayoría de indiferentes ante la fortuna con sexo del Presidente, y al tiempo que en España se deja oír alguna voz feminista ironizando sobre esas hembras señeras que se rebajan a realzar con su espectacular presencia la imagen de “un hombre bajito” (sic), que algo debe de tener, sin embargo, en vista de lo visto. No estará ya en la próxima foto Banazir Bhutto pero un eventual éxito de Hillary podría poner a prueba el subconsciente yanqui a la discreta sombra de su marido junto a figuras no tan deslumbrantes como las que presiden Chile o Filipinas. Acaba de decirlo Desmond Morris, el mítico autor de “El mono desnudo” nada menos: “Nos iría mucho mejor si las mujeres gobernaran el mundo”. Tomen nota los críticos de las “listas-cremalleras”.
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No le fue bien a la mujer en política con el argumento “doméstico”, aquel que sugería que nadie gobernaría mejor la sociedad en su conjunto que la hembra experta en el gobierno del hogar. Y no le fue bien, sencillamente, porque esa hipótesis la mantenía aherrojada en su ancestral imagen hogareña. El varón se ha dado traza y modo a capitalizar el éxito del Neolítico como si esa gran revolución que supusieron la agricultura y el sedentarismo fuera un mérito del cazador ausente y no de la matrona laboriosa que lo mismo conservaba el fuego que aferraba con decisión la mancera con el hijo colgado a la espalda, pero no sé por qué me da que en este epílogo de la vieja era, el cazador se va a encontrar, al volver a casa con el bisonte a cuestas, con la mesa puesta pero con la cabecera ocupada. Hillary habrá tenido que tragarse el sapo de la becaria como Isabel II ha debido tragarse los innumerables que le acarreó desde su ciénaga el guapo duque de Edimburgo, pero ambas han logrado, más allá de los vaivenes de las encuestas, ser nombradas por su nombre sin más y posar para la posteridad en solitario junto a la columna truncada del daguerrotipo. Lo de Cristina es diferente, por supuesto, por lo que digo del edipismo irredimible en que consiste en esencia la incurable herencia ideológica de Perón, pero no deja confirmar esa tendencia a la inversión de papeles que es ya hoy una realidad como una torre en el paisaje político mundial. Sólo aquí, fíjense, quedan gente capaces de fijarse en los tacones de Sarko y en cómo la bella Carla lo mira desde arriba no sabemos aún si arrobada o suficiente. Y no me gusta eso demasiado, la verdad. Atila dicen que era un retaco y ya ven la que armó.
¿Alguna vez una preciosa quinceañera de melena de seda, carita de ángel y ombliguillo bonito le ha soltado un exabrupto que haría enrojecer a un carretero del s. XIX? Pues a mí, sí. Total, porque le dije que guardara su turno en la cola en que ambas estábamos.
Y es que para salir del patriarcado de siglos -¿o matriarcado?- demasiadas generaciones ya, han adoptado los peores modos, las peores cualidades del machismo para afianzar su condición femenina. Conducen a lo bestia –la niña de Preysler-, fuman como cosacos lo que haya que fumar, se emborrachan y utilizan un lenguaje de germanías.
Evita, la felacionista habilidosa, MP dixit, Imelda, lagarto, lagarto, Benazir, la ladrona… Prefiero creer que el tándem Cristina/bisojo va a gobernar con alguna centésima más de cordura que el bisojo/Cristina. Pero no espero gran cosa.
Aún así, yo depositaría una papeleta válida en una urna si tuviera posibilidades de salir una presidenta de gobierno –aunque no me salen no más de dos nombres en cada trinchera- en esta Expaña de fondos de armario y legionarias de Cristo.
Mala jornada la de hoy, con la exaltación de Familia Cristiana por medio, para hablar de le Expaña con fondo de armario y legionarios de Cristo, como hace doña Icaria tempranera. Lo justo sería ampliar su reflexión de hoy –concomitante con la de gm en la columna– ala Expaña pretenciosa que guarad en sus baúles los andrajos de la edad progresista (yo mismo no me libré ni me arrepiento) y no es menos guerrillera de lo suyo. Suum quique tribuere, como dice Ulpiano y suele repetir gm.
Desmond Morris pudo gustarnos (a algunos, que tampoco éramos tantos, qué coñe) allá por el Pleisrtoceno particular de nuestra generación pero hoy por hoy es un imbécil relativo dedicado a sacarle pasta a la tv. Su serie sobre la Humanidad nos dejó a todos con los pies colgando dela silla, caviulando cómo se puede ser tan chufla tras haber tenbido tanto éxito.
Lo mejor es la idea de que el macho (el cazador) ha capitalizado el éxito del Neolítico, sin duda alguna obra de las mujeres, y no sólo en la mente de Bachofen sino en la de muchos antropólogos, la mayoría. Ese fue el triunfo que dio alas y larga vida al patriarcado, puesto que aún estamos, mla que bien, dentro de esa era mal definida. Intersante idea, brillante la de la columna, muy por encima del resto.
Hace días recordaba ja el precio que ha hjabido que pagar por la desestructuración del hogar tradicional con motivo de la salida de la madre al mercado de trabajo. Llevaba toda la razón, y lo hacía, además, sin cuestionar un ápìce la oportunidad histórica de ese cambio crucial. Hoy se refiere al papel de esas muejeres en política, un papel calcado del que durante siglos hizo su opresor, el varón, lo que explica ciertos fracasos (Bandaranaiken, la propia Bhutto ahora divinizada, Thatcher, Isabel I o Catalina la Grande entre otras) en los que suelen apoyarse los adversarios de la presencia de la mujer en la vida pública. Ya me gustaría a mí (hoy mismo, en la mani de Madrid), que ese criterio equitativo de ja fuera común y no excpecional porque ningún maximalismo «de género» nos llevará a ninguna parte.
Esun error eso de «familia cristiana» que hoy se convoca en Madrid; no lo sería pedir protección para la familia sin adjetivos, para la institución social y probablemente inevitable de una sociedad del tipo que sea. Sólo especies muy elementales se reproducen «funcionalmente», es decir, excluyendo algún tipo de compromiso «social» entre los cónyuges o reproductores. Lo de lamopnogamia de las palomas y los católicos que decía Buddy Allen es una gracieta peno nada más.
Después de ver la foto de la pág. 13 de EM de hoy, espero dos cosas:
Que actúe de oficio el fiscal general del estado -mecachis, que no doy con la tecla Shift- si tiene lo que hay que tner.
Que ningún castellanohablante abra mañana ni un benjamín de cava. Que se lo metan.
(Para los que no tengan acceso a El Mundo : la foto de una cuatribarrada d enormes dimensiones con la leyenda ‘p… España’. Y allí estaban tan panchos el Carod, el Ibarreche. Me c… en los muertos escupidos y cornudos del 95% al menos de cuantos estaban en aquel campo de fútbol)
No es por nada don Sicario, pero no se escribe Buddy sino Woody Allen. De nada. Acabo de quitarle el leñazo de Gramático, que es mucho más exigente que un servidor.
En el clavo, vos siempre das en el vlaco, aunque me esté mal el decirlo. Narcisismo es lo que explica la cosa de Perón y la absurda manía de encumbrar a esas muñecas santificadas o no santificadas sino todo lo contrario. Jefe, le amo, pero sele han olvidadoalgunas, la Chiche por ejemplo… Muá.
Buena explanación de un asunto difícil de explicar sin que lo pille a uno el toro. Lo de Argentina, superior, pero interesante en su conjunto.
Debo insistir en demandarle que cuelgue el obituario de ese personaje principesco y, en general, todo lo que escriba.
Fue Grecia el origen de la democracia (parcial-imperfecta), e hicieron falta veinte siglos para que se instauraran (parciales-imperfectas) de forma notable en nuestro primer mundo, y que ello influyera decisivamente en el resto de la humanidad (aun parcial y defectuosamente, pero con una parte sustancial de bienes). Podría verse el asunto, simplificando, como la evolución-progreso desde la tiranía de uno sobre todos (lo peor) al gobierno elegido por mayoria (lo menos malo).
Las mujeres vienen soportando la tiranía del hombre-macho desde los albores de la Humanidad. Escribo esta frase sin temor exagerar, solo considerando un par de sintomas: la proporción abrumadora de maltratadas-asesinadas sobre los varones que soportan esa suerte (en el primer mundo), y el trato terrible y humillante en que viven centenares de millones de mujeres en los paises del tercer mundo, parasitadas por sus hombres-machos.
En las democracias de hoy tiene lugar la primera fase (parcial-imperfecta) de la Liberacion de la Mujer. He dudado un minuto hasta escribir el término, por sentir que por usado podría ser equívoco; pero no, es Liberación lo que se está produciendo, aunque ahora al principio sea una mezcla confusa de feminismo mal entendido y de imitación del macho industrial moderno, en la que también existe una silenciosa y caudalosa corriente de mujeres (valientes-capaces-hermosas), que trabajan a diario y cuidan con amor de sus familias.
Esa Liberación se extenderá, imparable…..
La mujer nos mete en la vida, que no es poca cosa. El hombre tradicionalemnte se ha dedicado a la guerra, que es más bien lo contrario. Hoy, cuando el sentido de lo individual predomina sobre el de lo social, se tiende a decir que la muerte es lo contrario de la vida, cuando en realidad sólo es lo contrario del nacimiento, pues la vida contempla a ambos: nacimiento y muerte, y tan necesario es el uno como la otra para que la vida no termine explotando. La cultura, sin embargo, está diseñada para hacernos morir de éxito. No es mala cosa, después de todo, eso de morir de hartazgo.
DON PEDRO DE ORLÉANS BRAGANÇA
UN CABALLERO INACTUAL
José Antonio Gómez Marín
En la madrugada del jueves murió en su residencia sevillana de Villamanrique de la Condesa, Su Alteza Real e Imperial don Pedro de Orléans y Bragança, último jefe de la Casa de Bragança y de la Imperial brasileña, al haber sucedido en la primogenitura a su padre, don Pedro Gastón de Orléans, en 1940. Extraordinario personaje humano, sin duda, este caballero inactual, como entrevisto en una página nostálgica de Azorín, don Pedro –que había nacido, en 1913, en el castillo de Eu, residencia de su abuela, la célebre princesa Isabel, “la Redentora”, nieta del último emperador, Pedro II, el que abolió la esclavitud disparando la revolución oligárquica y el advenimiento de la república militarista– fue desde joven un espíritu tentado por la ciencia, en especial por la botánica a la que tan aficionados fueron sus antepasados inmediatos como atestiguan muchas de sus huellas en su país, y, en el orden humano, un personaje sencillo y asequible del cual quien estas líneas escribe pudo reconocer todavía en el recuerdo entrañado de las gentes de Petrópolis –la residencia brasileña con la que repartía su tiempo–, habituales de su trato llano y reconocida empatía, el perfil de un caballero de excepción, tan fiel a sus tradiciones y celoso de su obligación como ajeno a unas distancias impuestas que nunca tuvo en cuenta. Su viejo lema, “Ex digito gigas”, por el dedo conoceremos al gigante, al que permaneció enigmáticamente fiel toda su vida, habla mejor que nada de su severa y exigente personalidad.
Don Pedro estuvo casado con doña Esperanza de Borbón y Orleáns, fallecida también en Villamanrique hace poco tiempo, y organizó su vida entre sus estancias sevillanas y las que pasaba en el palacio imperial del Grao-Pará, en Petrópolis, como quien no se determina a renunciar a ninguna de esas dos patrias cuyo devenir contemplaba él desde una cuidada distancia en absoluto incompatible con su doble y exigente patriotismo. Cuando en el año 1993 se accedió en Brasil, al fin, a cumplimentar el referéndum constitucionalmente previsto y pactado con la monarquía saliente, don Pedro supo mantenerse discretamente al margen de un acontecimiento ya sin gran sentido y, en todo caso, trucado desde hacía mucho tiempo en unas circunstancias políticas ya definitivamente incompatibles con la institución.
Gran viajero, conocedor minucioso de su país, de su geografía y de sus gentes, aquel señor respetado por su llaneza y cercanía, con quien los vecinos se habían acostumbrado a detenerse en plena calle y comentar sus avatares, gozó también de exquisita popularidad en su comarca sevillana, en especial por su estrecha vinculación con los cultos rocieros tradicionalmente tan ligados a la familia de su esposa, ella misma, como sus antepasados inmediatos, activa y popular “romera” hasta sus últimos años.
Un accidente doméstico dio al traste con la fuerte personalidad de don Pedro, desde entonces apartado de todo en régimen de apacible pero triste dependencia, siempre a cargo de sus seis hijos pero, muy en especial, de la duquesa de Segorbe, María Gloria de Orleáns Borbón. Se va con don Pedro toda una época y con ella desaparece el talante nobilísimo de aquellos caballeros esclavos de su dignidad, amantes entusiastas de sus tradiciones y, como en el caso presente, apasionados por un saber científico y humano que nunca dejaron de cultivar. Un caballero inactual, hay que repetirlo, y todo un paradigma aristocrático merecedor, desde luego, de tiempos y circunstancias mejores.
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Al no poder ponerlo en la web de jagm lo cuelgo como comentario.
pgriyo
Gracias, don Griyo, por esa transcripción, supongo que trabajada tecla a tecla, que el Jefe se resistía un tantico a colgar.
Alguna amiga tengo, manriqueña, que me había enaltecido las virtudes de esta familia.
En las notas aparecidas en la prensa no encuentro representación de la Casa reinante en España, habiendo sido esposo y luego viudo de doña Esperanza, hermana de la madre del rey.
Honra al Anfi su tributo de amistad hacia su amigo don Ignacio.
Y su muy distinguida esposa. (sorry)
Mi don Quercus, muy bueno lo suyo, pero esa «caudalosa corriente de muejeres (capaces, valientes, HERMOSAS…» le ha dejado el trasero ideológico al descubierto. Y no es que no lleve razón, carnes mías, sino que se le ha visto el rabo entre las patas/piernas, si se me permite la expresión…
A Estuario
En las democracias de hoy tiene lugar TAMBIEN la primera fase (parcial-imperfecta) de la Liberacion del HOMBRE. He dudado un minuto hasta escribir el término, por sentir que por usado podría ser equívoco; pero no, es Liberación lo que se está produciendo, aunque ahora al principio sea una mezcla confusa de MASCULINIDAD mal entendida y de PERPETUACION del macho industrial moderno, en la que también existe una silenciosa y caudalosa corriente de HOMBRES (valientes-capaces-HERMOSOS), que trabajan a diario y cuidan con amor de sus familias.
Esa Liberación se extenderá, imparable….. AUNQUE TARDE SIGLOS
Como verá, querido Estuario, no ha acertado a captar que entiendo por hermosura del ser humano, en lo escrito mas arriba
Buenas Noches
Magnífico obituario. Ya quisiera yo que alguien hubiese hecho uno parecido para mi padre! Mil gracias por haber permitido que lo leyera, don Griyo.
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Me encanta el humor de don José António, y el arte que tiene para sugerir pequeñas viñetas, llenas de humor y de gracia, …como la del varón del neolítico apropiádose la labor de la hembra, o a Gamal Zahran protestando por la falta de moralidad de nuestro presidente.
No es mío el merito de haberse chapado el hermoso obituario que escribió don ja, al que yo no tengo acceso desde Madrid, sino solamente habérselo pedido con la intención de colgarlo en su web como aquellas pocas “Charlas de El Mundo”, pero como no me ha sido posible lo he colgado por el sencillo procedimiento de “cortar y pegar”.
Buenas noches. P. Griyo
El mérito que yo le veo a ese obituario, aparte de las amistades que sugieren doña Icaria y Anónimo (¿la misma persona?), reside en la independencia de criterio que muestra quien, como jagm, se ha proclamado mil veces republicano en privado y en público. Que eso no se advierta en un país hecho a las plumas de alquiler, me parece normal. Pero creo necesario resaltarlo.
A este último comentario le falta algo básico:que jagm es uno de los pocos autores que escriben en periódicos que sabe Historia y lo ha demostrado cien veces, a cada paso, diría yo. Se ha aludido ya a anteriores obituarios de personas relacionadas con la aristocracia, y debe repetiorse el argumento. Probablemente cuando muere la condesa de París en EM se acuedan de que en Sevilla, con su copita de solera a mediodía y su libro en la mano, está don jagm.
Más orteguismo: la provincia es el reservorio de la capital. Lo que dice quien me antecede me consta que es exacto.
La ausencia de la Casa Real a la que se refiere doña Icaria no sólo es sorprendente sino que es indignante. Y no lo digo como monárquico, porque no lo soy a pesar de ser hijo de monárquicos muy cualificados. Es que me pregunto, como español, qué coñe tienen que hacer todos lod esa pandilla que les impide acudior al funeral de un pariente tan próximo. A la fiesta que el difunto ofreció con motivo dela boda de la Infante bien que asistieron todos. Una VERGÜENZA.
Gracias, repúblico. En nombre de la concordia y del espíritu independiente.
Flaco te diste un saque de yerba blanca.