A las vehementes protestas del sector sanchista del PSOE-A (un tercio del partido, según las pasadas “primarias”) por su radical exclusión de las listas electorales, desde el pretorio susanita han respondido que a ver cómo explican los protestantes la unanimidad con fueron aprobadas hace bien poco. ¡La eterna indefensión frente al viejo argumento búlgaro! Pero más o menos lo mismo podría decirse del adversario conservador, el PP, en cuyas “listas” o no aparecen o aparecen proscritas de hecho algunas de las candidaturas más caracterizadas. Es como si se hubieran puesto de acuerdo ambos para hacerles la campaña gratis a sus competidores directos, Ciudadanos y a Podemos. Y es, después de todo, la más elemental miseria del partidismo.