Otra vez hay inundaciones en la cuenca del Ebro. Como en años anteriores, se quejan los inundados mientras muestran desolados a las cámaras la ruina de sus casas y enseres, en espera del inevitable decreto que tardará en promulgarse y, en fin de cuentas, será recordado –otro– como tardío e insuficiente. ¡Agua va, agua al mar! Arcadi España propone una explicación sobre la actitud contraria al trasvase en su precioso viaje por el gran río titulado con el palíndromo “Ebro/Orbe”, una joya: “Buena parte de la conciencia aragonesa no quiere más cauces en el Ebro, porque intuye, quizá falsamente, que sus necesidades de agua están ya cubiertas: y que el agua va a encauzarse sólo para las necesidades de otros”. Y recoge una observación de José Carlos Mainer, su huésped esa jornada: “Ya no hay nada que regar aquí. No hay gente. Y los regadíos sólo son rentables cuando puedes recoger varias cosechas al año y vender frutos fuera de temporada, como hacen los andaluces…”. Lo dicho, “o mía o de nadie”. En años pasados se fueron al mar cantidades ingentes de agua que podrían haber aliviado la sed de la España más al sur. ¡Y qué! Estos mismos días se denuncia que la cantidad de agua perdida en el Ebro bastaría para cubrir las necesidades hídricas de Valencia y Murcia juntas, pero la denuncia se pierde sobre un fondo tumultuoso de aguas que se desbordan –en Navarra, en Álava, en Logroño, en Zaragoza– arruinando a las mismas familias que se niegan a ceder el peligroso excedente. Arcadi sostiene que no tiene sentido seguir pensando en la solución del trasvase una vez que se ha esfumado la conciencia de unidad, esto es, una vez liquidado, en alta medida, el concepto unitario de España. Y lleva razón, seguramente, pero el espectáculo casi anual de estos despilfarros que dañan a los propios adversarios del trasvase sigue injuriando al sentido común. ¿El agua? ¡O mía o de nadie! La cosa es tan jodida de entender que hay partidos, como el PSOE, que ondean simultáneamente bandera blanca en Aragón y roja en Andalucía.
xxxxx
En China, o sea, en el futuro, la mayor presa del planeta es probable que influya (¡y sin nadie sepa cómo!) sobre el ‘medio’ pero va, probablemente, a darle de comer a esos cientos de millones de campesinos hambrientos que son la rémora del “nuevo régimen”. Aquí, ya veremos. Arcadi sostiene que, eludido el tema del trasvase desde Cherta a Almería por imposible, hay una solución práctica: desaladoras más energía nuclear. No sé, cualquiera sabe. Pero si conecto la tele veo la escena repetida de los vecinos sorprendidos por el meteoro, mirando machadianamente al cielo con un ojo mientras baldean el pasillo o rastrillan la acera, como veo la obscena riada apretándose tumultuosa camino de la mar –“que es el morir”, no se olvide– en vez de tirar para el sur en busca de los secarrales donde se mustian los plantones y se resquebrajan las terroneras. Y cuesta, vaya si cuesta, entender ese espectáculo, lo mismo en el Ebro que el Guadalquivir, quizá porque en la Historia de España hay mucho canal y mucha acequia, toda una entrañada trama arterial sin la que no se entendería ni nuestras paces ni nuestras guerras vecinales. A las puertas de la catedral de Valencia se reúne los jueves –ya sin orden del día, tengo entendido– el Tribunal de las Aguas en el que los propios huertanos regantes hacen sus justicias y las acatan como está mandado. “El agua no es de nadie porque es de todos”: he ahí un principio admirable hoy en pleno desuso. Sobre todo en le Ebro, donde estos días, como en ocasiones pasadas, miles de metros cúbicos (más de 1.000 por segundo si el meteoro no aprieta) van absurdamente en busca del mar mientras Caín se lamenta porque el légamo se acumula, los enseres se pierden y el decreto, ay, no llega.
14:20
“De nadie, aunque me ahogue yo con el sobrante” Diría un buen maño.
Y el agua que entra desde Tudela ¿De quién es?
¿Quién le ha preguntado a los que sufren cada año la inevitable inundación?
Y, otra cosa que no entiendo, ¿Cómo permiten los maños que le recen a la Pilarica los de fuera? ¿Cómo toleran que tantas andaluzas y valencianas se llamen Pilar?
Hombre, señor Griyo, tampoco hay que ser demagogo, ¿no?
17:06
No.
Supongo que el personal esta refocilándose en la playa, o por el campo serrano.
Me sigo enterando de los problemas españoles a través de los artículos de don José Antonio.
A veces me desanima la cantidad de problemas que señala y la incapacidad crónica para resolverlos….o mejor dicho que todo el mundo, obtinadamente tropiece en la misma piedra.
A titulo de curiosidad, ¿qué piensan ustedes de la reaccion muy franchuta de condenar a la poli porque ha arrestado a un clandestino a la puerta del colegio donde acude su nieto?
20:19
Refocilarse es una cosa muy seria, doña Sicard, y muy divertida.
En España está prohibido detener a los ilegales, porque se considera xenofobia.
Una de las cosas buenas del octenio pepero –no la única, claro- entre tanta vaina como cometió el chico del bigotillo, ahora con melenita trasnochada, fue un proyecto de Plan Hidrológico que abortó la chica Narbona.
Claro, como estaban tan seguros de ganar aquel 14M. Ya estamos otra vez…
¿Qué pasa con los enlaces, jefe? LLevo medio día intentándolo y me consta que al menos otros dos blogueros más, sin conseguirlo hasta ahora.
A don Griyo, sobre lo de rezar a la Pilarica; copla que escuché en Sevilla: «La virgen del Recío no tiene dueño; qué coño sáhn creío los almonteños». ¿Contestada su pregunta?
Costa, Picavea, los 98 que tanto gustaban a don ja… todos unábnimes: el agua sobrante de la España húmeda debe trasvasarse a la españa seca. Pero muy acertada la observación de Espada: rota España, ¿por qué habría que darle nada a Nadie? Gran tristeza, la propongo como ejercicio cuaresmal.
La calve está en lo que dice ja sobre las doble postura (doble moral, doble política: no falla). Si el PSOE tiene que complacer al PSC y al PSA fastidiando a murcianos o almerienses, que nada tienen que ofrecerle al «aparato», ya me dirán el resultado.
No es justo culpar al PP del fracaso de PHN, sor. Nunca quiso el PSOE facilitarle ese éxito al adversario, y luego, tuvo que «obedecer» a su necesidad de mantenerse en el poder con socios tan exigentes.
Buen retrato, mejor conclusión. Lo de Caín es definitivo. Todos nos hemos escandalizado –¡¡¡menos ellos!!!– viendo esos telediarios lloriqueantes. Hasta hay quien se alegra y se comprende el disparate moral y cívico. La culpa, los partidos, en este caso del PSOE.
Qué mal debo expresarme, mi don Páter. Intento decir que el PP realizó un BUEN PHN, como una buena reforma de Ley educativa, ¡¡otra más!!, y le faltó tiempo -11M, que Belcebú confunda a sus cerebros organizantes- para cerrar un ciclo de cosas buenas. (Las malas se leen a diario donde todos ustedes y yo sabemos).
Imaginen ustedes lo que hemos de soprotar quienes aquí en Aragón pensamos igual que jagm y somos llamados por eso peperos y lo todo demás. Nos alegra mucho que diga estas coass desde fuera y que no olvide la culpa —sí, la culpa– que tiene en ello el PSOE de Madrid, o sea, de la Moncloa, o desa el PSOE.
gm ha traído a sus charla sde huelva a Albert Rivera. La gente lo esperó –retraso de Iberia– dos horas y media. gm sabe lo que hace. La gente empieza a saber lo que quiere.
Respecto del agua, me descraneo ante mi paisano. No se puede expresar mejor el absurdo a que han llegado los partidos en su forcejeo electoral.
En Murcia sabemos mucho de campos secos: «Secarrales donde se mustian los plantones y se resuqebrajan las terroneras». Qué bonito es esto. Y qué pena nos da escucharlo a quienes no tenemos agua para regar.
(Tras seis generacioes, mis hermanos y yo hemos debido liquidar la huerta familiar –de cierta importancia– y dedicarnos a otra cosa. ¿Imaginan a qué? ¡¡¡Pues al ladrillo!!!),, pero que nadie nos señale sin tener en cuenta las buena srazones que da jagm en la columna de hoy.
¿Lo de ARCADI ESPAÑA es una errata o es deliberado?
El agua que va al mar no es agua perdida. O acaso queremos convertir el Mediterraneo en el mar Muerto, pura sal.
¿Cuantas Marina d’Or (hasta el nombre es hortera) se piensan construir con el agua que, supuestamente, debería ser para regadío?. En toda mi vida no he visto una auténtica inundación del Ebro, a no ser que llamemos inundación a 4 campos encharcados.
Tal vez si esos regadíos que se quieren hacer en Valencia y Murcia, se hubieran hecho en su momento en Aragón, la gente no se hubiera marchado de los pueblos. Por otra parte, ¿Aragón es la España húmeda?.