La policía ha localizado y detenido ya a tres de las conce menores que se fugaron días atrás del centro de internamiento “Arco Iris”, localizado en Hornachuelos, fuga que la consejera de Igualdad calificó de inquietantemente “normal”, especialmente si se consideran sus extrañas circunstancias, como que las fugadas interpusieran denuncia por malos tratos ante la Guardia Civil y que ésta recibiera la denuncia y las dejara marchar luego. Algo no huele bien en este enredo, obviamente, por más que la Junta ponga cara de póquer ante una situación que no es ninguna novedad sino que repite anteriores sucesos similares demostrativos de que la retención de menores sancionados no es ni de lejos segura. Otra vez cojea la política de menores de la Junta, una política siempre difícil por supuesto, pero que de nada sirve ocultar entre excusas y dilaciones, habida cuenta de la gravedad de la crónica de nuestra delincuencia juvenil.