Los funcionarios públicos andan rebrincados con el “Gobierno del cambio” convencidos de que poco o nada va a cambiar realmente en una Función Pública cada día más “privatizada” en la figura de esos “enchufados” –huy, perdón, “sub-rogados”— partidistas que nos legó el “régimen”, y a los que, incluso contra el criterio de la Justicia, se pretende mantener el encargo –parece que eso es lo acordado por los tres socios de la Junta— de ciertas tareas públicas. ¿No acabamos de ver al Ayuntamiento de Sevilla “delegando” en el “segurata” nada menos que la seguridad ciudadana? El Poder quiere servidores no contestones, y en este particular está cada vez más claro que poca diferencia cabe entre unos y otros. La autonomía nunca se tomó en serio a la función pública y demasiados indicios anuncian que tampoco se la va a tomar ahora.